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19 de octubre de 2018

PENSIONES: GASTOS, INGRESOS, COMPARACION CON OTROS PAISES Y SOLUCIONES A CORTO PLAZO


Para apoyar la idea de que el problema de la financiación de las pensiones es un problema más de ingresos que de gastos, es conveniente examinar, en primer lugar, la evolución de estos últimos (entre 2005 y 2013, últimos datos consolidados disponibles) y la previsión para 2050.  

Comprobamos, así,  que España se situaría en un nivel de gasto moderado respecto al resto de los países de la Unión Europea, y que la tendencia para los próximos 30 años sería la misma. Con un 12,3%, estaría lejos del más elevado Italia, 14,8%) y del más bajo (Suecia, 7,2%), y en sintonía con, por ejemplo, Alemania (12,5%).

Evolución del Gasto en pensiones públicas (sobre PIB, año 2005-2013 y previsión 2050):  FUENTE: 2015 Ageing Report, European commission / O.C.D.E.

Pais  -   2005-2013-2050
España :  8,9 - 11,8 - 12,3
Grecia :  11,9- 16,2 – 14,4
Italia : 14,8 – 15,7 – 14,8
Francia: 13,3 – 14,9 – 14,6
Portugal: 12,3 – 13,8 – 14,4
Finlandia: 11,2 – 12,9 – 12,8
Austria: 14,2 – 13,9 – 14,6
Reino Unido: 11,0 – 7,7 – 8,1
Irlanda:  4,9- 7,4 – 10,0
Alemania: 13,1 – 10,0 – 12,5
Suecia:  12,5 – 8,9 – 7,2

Resulta indudable que el sistema público de pensiones español se enfrenta a retos importantes causados por un aumento significativo de la población en edad de jubilación en relación con la población en edad de trabajar, debido al progreso de la longevidad. Las reformas introducidas en los últimos años han ido en la dirección de disminuir gastos al incorporar una elevación progresiva de la edad de jubilación. Pero eso no va a ser suficiente a corto plazo, se necesitarán otras fuentes de ingresos.

No todos los paises, incluso en la Unión Europea, tienen sistemas de pensiones públicos iguales. Por ejemplo, Suecia, Italia y Polonia tienen sistemas denominados “cuentas nocionales”. En este sistema, los cotizantes en activo pagarían las pensiones de los jubilados del momento, como ocurre en la actualidad.

Sin embargo, en lugar de que el dinero de las cuotas fuera a una caja común, iría a cuentas individuales, de forma solo contable. Así, cada trabajador iría acumulando las cotizaciones de toda su vida laboral en su propia cuenta virtual. A esas aportaciones se le sumaría el rendimiento neto de ese dinero acumulado. Toda esa suma conformaría el denominado capital nocional.  En el momento de la jubilación, a toda esa cantidad acumulada se le aplicaría un factor de conversión, que transformaría ese dinero en una renta vitalicia.

Las pensiones según los países
Cada país europeo presenta, sin embargo, peculiaridades. En Suecia se completan las cotizaciones a la Seguridad Social con aportaciones privadas, y los trabajadores pueden solicitar su pensión contributiva a partir de los 61 años, aunque pueden alargar la edad de jubilación más allá de los 67,  si se pacta con el empleador. En Alemania. La pensión de jubilación media registra notables diferencias a la baja para quienes trabajaron bajo el régimen comunista, estando fijada la edad de retiro a los 65 años y 6 meses, si bien está previsto que suba paulatinamente hasta los 67 años en 2031.

En el Reino Unido el sistema público tiene dos niveles: una pensión básica y una pensión adicional ligada a los ingresos, que son complementadas con un amplio sistema privado de pensiones; la edad de jubilación irá aumentando desde los 66 años actuales a los 68 en 2044.  En Italia, el sistema de pensiones se basa en un modelo de cuentas nocionales, lo que comporta que edad de jubilación sea flexible, pudiendo decidir retirarse entre los 62 y los 70 años.

En Grecia, las pensiones han sufrido una merma de alrededor del 40% desde  el primer rescate en 2010. Para alcanzar la pensión integra se exigen 40 años cotizados, al igual que los jubilados portugueses, que  se encuentran entre los más pobres de Europa, ya que apenas cobran una media de 450 euros. Al contrario, el sistema francés es de los más robustos, si bien tras la última reforma, se elevará de 41,5 a 43 los años de cotización requeridos para percibir la pensión completa. Tiene un tramo obligatorio y otro voluntario basado en  un plan de ahorro que puede ser individual o colectivo.

En Hispanoamérica la edad de jubilación no suele ser alta, pero las cuantías de las pensiones son muy discretas. La edad de retiro de Brasil es de 54 años, la de Uruguay 60, en Colombia 62 y en los países centroamericanos entre 60 y 65. La realidad latinoamericana muestra que las pensiones son tan bajas que muy pocos afortunados pueden permitirse no trabajar después de los 65 años y oscila entre entre 130 y 390 dólares USA .

En Estados Unidos las prestaciones de la Seguridad Social sólo reemplazan una parte del salario, aproximadamente un 40% del sueldo medio de un trabajador, y los expertos consideran que para mantener el nivel de de vida en la jubilación, se necesita al menos un 70% del último salario. Así pues, fondos de pensiones, ahorros e inversiones resultan ser un complemento casi obligado. La edad de jubilación es ahora de 66 años, si bien incrementará hasta 67 para nacidos después de 1960.

El sistema de pensiones en China es relativamente reciente, que paga mensualidades muy pequeñas y no alcanza al 100% de la población, pero sí supone un gasto relativamente importante para las arcas públicas. Según cifras de la OCDE, en el informe anual relacionado con pensiones en todo el mundo, China desembolsaba en 2014 el equivalente al 3,4% de su PIB.

Más Ingresos
Como se decía al principio, la suficiente financiación de las pensiones resulta ser preferentemente un problema de ingresos, al menos a corto plazo, para enjugar el desfase existente. El gasto total en pensiones (2017) alcanzó los 139.647 millones de euros (39% del total) y, por su parte, el déficit de la Seguridad Social de ese mismo año fue de 18.800 millones, un 13,46% (lo que supone un 1,61% del PIB). En todo caso, parece razonable pensar que, para prever el medio y largo plazo se necesitaran reformas de mayor calado.
Para aumentar, actualmente, los ingresos, algunos expertos proponen explorar varias vías:

-         * Pagar las ayudas (reducciones y bonificaciones) a la contratación con los Presupuestos Generales.
-         * De las cuentas de la Seguridad Social sale también el pago de sus gastos administrativos, que incluyen los salarios del personal, gastos corrientes de bienes y servicios y de inversión. La necesidad de derivar esta partida a los Presupuestos Generales es otra de las medidas con más consenso entre los grupos políticos y organizaciones sindicales, que señalan que el resto de ministerios sufragan sus gastos por esta vía y la Seguridad Social no debería ser una excepción.
-                  * “Destopar” las cotizaciones máximas. En 2018 esa base es de 3.751 euros. Eso quiere decir que ese es el dinero máximo por el que una persona contribuye a la Seguridad Social, de modo que, aunque cobre más, se le descuenta, como mucho, con arreglo a esa base de cotización
-                       * Mejora de salarios y creación nuevos empleos, lo que redundaría  en una mayor recaudación.

En definitiva, soluciones podría haber para equilibrar gastos e ingresos, siendo legítimo dudar sobre la certeza de algunas catastrofistas afirmaciones sobre el futuro del sistema sin que, quienes las hacen, puedan justificar de antemano cual será la evolución de los flujos migratorios a lo largo de los próximos treinta o cuarenta años, y consecuentemente, del volumen población empleada cotizante.

También es relevante señalar que, alrededor de las tres cuartas partes de lo que se llama el proceso de envejecimiento viene determinado en España por la jubilación de la enorme generación del baby boom, y solo minoritariamente por la elevación de la esperanza de vida. Estaríamos, pues, en sentido demográfico, ante una coyuntura que durará en su fase más intensa alrededor de veinte años, para pasar después a un cierto rejuvenecimiento medio de la población.

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