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26 de junio de 2016

SUPERCOMPUTACIÓN EUROPEA, PESE AL BREXIT

Desde hace tiempo estamos inmersos, guste más o menos, en la denominada revolución digital, y Europa –pese al Brexit- la encara dando prioridad a la capacidad de la computación de alto rendimiento (HPC) para procesar la ingente cantidad de datos disponibles en la actualidad, lo que resulta esencial para los principales progresos e innovaciones económicos y científicos.

Los superordenadores existen desde la década de los años sesenta. Pero la naturaleza de la computación está cambiando en consonancia con  el aumento de las aplicaciones críticas intensivas en datos. De hecho, para 2.020 se prevé que estarán conectados 25.000 millones de dispositivos, que generarán un tráfico anual de datos de más de dos zettabytes. Un zettabyte equivale a 10 elevado a 21 bytes, es decir, a un trillón de Gigas.

La  propuesta por la Comisión Europea, ofrecerá a científicos, empresas, pymes y autoridades públicas superordenadores de primera línea que ofrezcan capacidades de computación y almacenamiento de datos de última generación para lograr la excelencia en la economía digital y la ciencia basada en datos. El objetivo propuesto es contar para 2.022 con un superordenador basado en tecnología europea entre los tres más potentes del mundo.

En este sentido, la Comisión Europea se ha comprometido a aportar 700 millones de euros a una colaboración público-privada sobre HPC con las partes interesadas en la HPC europeas, agrupadas en la asociación ETP4HPC.

Según fuentes oficiales, los investigadores de la UE están logrando notorios progresos hacia la eliminación de las distancias que separan la capacidad técnica de las necesidades de la industria, mediante proyectos como FORTISSIMO y NUMEXAS. Proyectos como MONT-BLANC, DEEP/DEEP-ER, FiPS, EXA2GREEN, ADEPT abordan aspectos de software y hardware y, en concreto, su eficiencia energética, para sentar las bases de una supercomputación que impulse la economía europea.



11 de junio de 2016

EL ÚLTIMO CARTUCHO DEL PSOE ANTE EL 26-J

Si el componente racional fuera el único que pesase en el votante a la hora de depositar su papeleta en la urna, tanto Ciudadanos como PSOE serían los partidos que las encuestas darían como preferidos, y sin embargo, a día de hoy, es justo lo contrario. El voto fijo que atesora el PP y el voto emocional-rupturista de Unidos Podemos son los que escogerían en primer y segundo lugar los electores.

Se da la relativa paradoja de que, siendo Mariano Rajoy el líder peor valorado (último CIS, realizado entre el 4 y el 22 de mayo 2016), su partido encabeza el ranking con el 29,2%, mientras que el PSOE, también según dicho CIS, es el partido que la “mayoría de encuestados preferiría que gobernase”, pero sólo llega a la tercera posición (21,2%), detrás de la formación de Pablo Iglesias (25,6%). Más que paradójico, resulta desalentador que, por ejemplo, en la Comunidad Valenciana – “con la que ha caído”, dicho castizamente-, el PP podría ser la fuerza más votada (llegaría a tener 12 escaños), mientras que el PSOE alcanzaría 7 y Compromís, 9. Y en la Comunidad de Madrid sucedería algo similar.

En todo caso, a los de Pedro Sánchez aún les quedaría una bala en la recámara: el denominado voto oculto. Correspondería éste, al menos en buena parte, a los entrevistados que se refugian en el «no sabe/no contesta» de los cuestionarios. Otros, simplemente, mentirían, si bien los expertos consideran que una de las principales razones que explican la falta de inclinación de los votantes de un determinado partido a revelar su opción es que la formación por la que va a votar no sea “bien vista” en su entorno o comunidad.

En el caso del PSOE, pudiera suceder que hubiera quienes optasen por ocultar su voto a los de Ferraz por parecer tibios progresistas, frente al izquierdismo más pata negra, más a la moda, de Unidos Podemos. Ya le ocurrió algo parecido en ciertas elecciones andaluzas: muchos votantes del PSOE, ante la imagen de corrupción del partido, optaron por no definirse o mentir en las encuestas. Una hipotética subida del PSOE, sin menoscabo de Unidos Podemos, podría rondar los 170 escaños, suficientes con algún apoyo más, para formar gobierno; esto es lo que lo que más le preocuparía a los Populares. Aunque, en sentido contrario, el descenso electoral socialista unido a exvotantes del PP que se estarían alarmando ante la posibilidad real de que Iglesias alcance la presidencia del Gobierno, elevaría los números del PP (en Génova se especula con llegar o superar el 31% de los sufragios).

De todos modos, aun siendo de buena calidad, los datos del CIS solo marcarían las tendencias en el momento de su recogida. Faltaría el impacto de la campaña electoral, los hechos relevantes que puedan producirse hasta el 26-J o el debate televisivo a cuatro. También que el 32,4% de los consultados no tiene aún decidida su papeleta.


Otra consecuencia que parece deducirse de este CIS es que, en la formación de la coalición Unidos Podemos,  el partido de Pablo Iglesias ha resultado el más beneficiado tras su pacto con IU, escalando del 22,6% anterior al 25,6%, lo que le permitiría adelantar a los socialistas.

5 de junio de 2016

CIBERACOSO, UN PUNTO DE VISTA PSIQUIÁTRICO

El  auge  de  Internet, de la telefonía móvil y las Redes Sociales ha transformado la sociedad, introduciendo nuevos hábitos y formas de ocio. El último estudio realizado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), señala que el acceso a las Tecnologías de la Información y la Comunicación –TIC- se está produciendo a edades cada vez más tempranas. El 30% de los niños españoles de 10 años ya tiene un teléfono móvil. A los 12 años, casi el 70% dispone ya de este tipo de tecnología y a los 14 años el 83%. 
Esta tecnología está produciendo cambios profundos en el comportamiento de las personas apareciendo también las preocupaciones sobre las posibles consecuencias negativas que el uso intensivo puede causar en el desarrollo infantil-adolescente. A muchos familiares les resulta complicado educar a sus hijos en el uso correcto y prevenirlos adecuadamente de sus peligros.
“El principal problema es la falta de conciencia y educación de un uso responsable en el que la familia y el colegio estén implicados en la enseñanza del niño”, asegura el psiquiatra del Hospital La LuzCarlos González Navajas, coordinador junto al Dr. José Luis Pedreira, psiquiatra del centro hospitalario, de las II Jornadas TICS y el Ciberacoso en niños, adolescentes y adulto joven, celebradas en el Hospital La Luz de Madrid, en las que ha participado la Institución Educativa SEK y la Fundación López-Ibor.”
Desde la aparición y expansión de las nuevas tecnologías -señala el Dr. José Luis Pedreira -los jóvenes son adictos al boom digital y se aíslan, pierden la noción del tiempo, se descentran socialmente y son incapaces de detectar la realidad”.
El perfil de los jóvenes afectados tiene baja la autoestima y dificultades en la comunicación, originando deficientes, las relaciones familiares, “y las consecuencias clínicas pueden provocar sensibilidad visual, alteraciones del sueño, cefaleas, dolores musculo-esqueléticos, alteraciones en la alimentación e incluso conductas autolesivas”, explica Pedreira.
Por todos estos motivos, “al niño, desde temprana edad, es necesario educarle porque entra en contacto con estas situaciones; el control parental es eficaz en ciertas medidas, pero si no hay educación y un uso compartido para que entienda cuáles son los peligros, el control no sirve de nada”, afirma González Navajas.
Según el Estudio Mundial sobre la Violencia entre los Niños con la llegada de Internet y los teléfonos móviles ha surgido una cultura de ciber-intimidación, efecto provocado por el uso abusivo de estos medios tecnológicos, llegando a provocar muchos problemas como es el caso del ciberbullyng.
Desde el colegio se tiene que educar, y hay sistemas de alarma y cortafuegos para poder identificar el ciberacoso. Aunque no haya una entidad propia y estructurada, hay asignaturas en las que se enseña qué es, cómo actuar y cómo rechazar el ciberbullying, ha declarado a Europa Press el Dr. Carlos González Navajas.
“En los colegios – prosigue este especialista – deberían tener presencia los profesores en las redes sociales, en blogs y foros para generar confianza en los alumnos y, también, promover aulas webs y foros con imágenes ‘antibullying’ para que sepan identificarlo. Reírse de un compañero es una situación que se puede producir y las redes sociales como facebook y twitter son herramientas que propagan este problema con mucha celeridad”, afirma el Dr. José Luis Pedreira.
Las consecuencias del ciberbullying pueden ser muy perjudiciales para el niño o adolescente. Tal y como apuntan ambos expertos, pueden sufrir “trastorno depresivo adaptativo, estrés post traumático, ansiedad, y, en los casos más dramáticos, la presión y desesperación de los jóvenes por no controlar el acoso puede producir incluso el suicidio”.