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28 de diciembre de 2016

SUPLEMENTOS DE OMEGA-3 PARA MEJORAR LA DEPRESIÓN

Los ácidos grasos poliinsaturados omega­3 (fundamentalmente EPA y DHA) son, “gracias a su poder antiinflamatorio y neuroprotector, un aporte coadyuvante o complementario al tratamiento farmacológico muy efectivo en depresión mayor”.
VICENTE BALANZÁ

Así lo manifestó Vicente Balanzá, profesor de la Universidad de Valencia e investigador del Cibersam (Centro de Investigación Biomédica en Red) área de Salud Mental, en una jornada celebrada en el Colegio Oficial de Farmacéuticos de la ciudad del Turia. Tal área está formada por 25 grupos de investigación clínica, preclínica y traslacional pertenecientes a 8 comunidades autónomas. Estos grupos, seleccionados de forma competitiva entre los de mayor productividad científica del país están dedicados fundamentalmente al estudio de trastornos mentales como la depresión, esquizofrenia, trastorno bipolar, así como los trastornos de ansiedad y trastornos mentales del niño y del adolescente o la innovación terapéutica.

Tal y como se puso de manifiesto en este foro, “dicho beneficio se consigue con una ingesta mínima de 1.000 mg/día y, dado que la media de consumo en los países desarrollados es inferior a los 150 mg/día, sería necesario y recomendable complementarlo con suplementos que lo contengan”. No obstante, los especialistas hicieron hincapié en que “la recomendación farmacéutica sólo debería realizarse en caso de hallarse ante un caso de depresión clínica diagnosticada por un médico”.

Según Balanzá, “la depresión tiene un importante componente inflamatorio y, según estudios realizados, las personas que la padecen tienen unas cantidades de omega­3 en tejidos corporales significativamente inferiores a la población general, dos cuestiones que ensalzan la capacidad antiinflamatoria de este nutriente y su impacto positivo en la patología”. En este sentido, “se trata de complementar el tratamiento antidepresivo para sumar eficacia y sus efectos moleculares antiinflamatorios”.

Desde un punto de vista práctico, las dosis recomendadas para la depresión son de 1­2 gramos/día de una combinación EPA/DHA, (ácido eicosapentanoico y ácido docosahexanoico, respectivamente) “preferiblemente en una proporción mínima de un 60 por ciento de la primera”, aunque la relación ideal, según los ensayos clínicos realizados, “es 3 a 1”. El EPA puede encontrarse en el aceite de pescado y el DHA en el pescado azul; ambos están presentes en semillas de lino, nueces, soja, maíz, sésamo, pipas de girasol o calabaza, aceite de colza, hortalizas de hoja verde, cereales y algas marinas.

El especialista habló también de la “seguridad y tolerabilidad” de estos productos. En este sentido, explicó que “el límite superior establecido como seguro por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria es de 5 gramos/día y que los estudios han demostrado que no son tóxicos ni teratógenos, incluso a dosis altas”. También expuso que “no se ha demostrado ninguna interacción con psicofármacos y que el riesgo teórico de hemorragias ­por su papel de antiagregante plaquetario no se ha comprobado o mostrado en los estudios realizados”.