El
inesperado triunfo de Donald Trump en las elecciones
estadounidenses de fue recibido con reacciones diversas en las redes sociales
de país asiático. Pronto se pusieron en marcha, saludando la elección de Estados Unidos con una mezcla de
optimismo y desconcierto, en los que menudeaban las burlas hacia el sistema político estadounidense. Muchos usuarios
publicaron videos divertidos y memes
de la elección.
"Gracias a Dios, no usamos un sistema
electoral en China o nuestro presidente sería Li Yifeng o Wu Yifan" (ambos ídolos de entretenimiento para adolescentes), fue otro comentario popular
en Sina Weibo, un sitio web chino de redes sociales, similar a Twitter, con cerca de 400 millones de
usuarios registrados. Esta web está vigilada por las autoridades; de hecho, del
31
de marzo al 3 de abril de 2012 fueron suspendido sus servicios bajo el
argumento de evitar rumores de un golpe de Estado, estableciéndose a
continuación el registro obligatorio de los nombres reales de los usuarios.
En declaraciones a China Daily, Dong Chunling, investigador del Instituto de Relaciones Internacionales
Contemporáneas de China, manifestó que no veía ”una gran revocación en las
relaciones entre China y Estados Unidos, porque con su perspicacia en los
negocios, Trump sabe que China y Estados Unidos se necesitan mutuamente."
En contraste con los comentarios humorísticos y, en muchos casos, despectivos en las
redes sociales, el primer comentario
oficial de China sobre el resultado fue prudente. El portavoz del Ministerio
de Relaciones Exteriores, Lu Kang,
dijo el día de las elecciones que "el nuevo gobierno de Estados Unidos
puede hacer esfuerzos conjuntos con China para presentar una relación bilateral estable y sólida con
personas de los dos paises y la totalidad del Mundo". Por su parte, Xi Jinping, presidente de la
República Popular China, declaró que "las dos mayores economías del mundo deben cooperar, y los asuntos en los
que se puede cooperar son muchos".
Los políticos
y empresarios chinos mantienen la opinión de que los comentarios
pre-electorales de Trump son, muy probablemente, la tradicional propaganda
anti-China dirigida al público estadounidense durante las recientes campañas
electorales, mostrándose confiados en que, a la postre, el nuevo mandatario será
un hombre de negocios pragmático, al
que le interesa seguir cooperando con China una vez en el cargo. Además, el anuncio
de la retirada norteamericana del acuerdo comercial de la Asociación Transpacífica (TPP) liderado por Estados Unidos, será
música para los oídos de Pekín, que ve expedita la vía para consolidar su
liderazgo en la región Asia-Pacífico.