Tal vez pocos, o no tan pocos, sepan que Federico Jiménez Losantos, hoy esforzado paladín de la derecha
ultraliberal, militó durante el franquismo en un par de organizaciones
clandestinas de la izquierda antifranquista: la Organización Comunista de España (Bandera Roja), de ideología
maoísta, y en el Partit Socialista
Unificat de Catalunya, de ideología comunista. En las siguientes líneas
biográficas se hallan los hitos que, posiblemente marcaron su viaje ideológico
de ciento ochenta grados.
Había estudiado Filosofía
y Letras en la Universidad de Zaragoza terminando de licenciarse en
Barcelona. También le interesó sobremanera el psicoanálisis –lo estudió con el argentino Óscar Masotta, el introductor de la enseñanza y la práctica de Jacques Lacan al castellano- y fue uno de los fundadores de la Biblioteca Freudiana de
Barcelona.
En mayo de 1978, junto con Alberto Cardín, fundó y dirigió la revista Diwan, una publicación dedicada al pensamiento sobre política,
filosofía, literatura y psicoanálisis. En ella también colaboraban Biel Mesquida (uno de los primeros
escritores, junto a Cardín, que se atrevieron con la temática gay en España) y Javier Rubio. Es en ese
momento cuando Jiménez Losantos explica su ruptura
con el marxismo y su evolución respecto al psicoanálisis. La palabra diván
procede del árabe clásico dīwān, mullido
asiento que, como es sabido se asocia inmediatamente, con el psicoanalismo.
Cabe recordar la influencia de Lacan en Laclau, referencia del postmarxismo y teórico del populismo o Zizek, psicoanalista, filósofo y
teórico marxista. El nombre de “izquierda
lacaniana” ha adquirido un creciente reconocimiento como herramienta en la
actual reorientación de la teoría y el análisis políticos modernos.
Ya en la Transición,
entró a militar en el Partido Socialista
de Aragón (un partido fuera de la órbita del PSOE), siendo, asimismo,
colaborador del diario “El País”,
donde protagonizó un sonado duelo dialéctico con Fernando Savater. Ante las primeras elecciones autonómicas en
Cataluña, en 1980, se planeó la presentación de Losantos como cabeza de cartel,
aunque finalmente la candidatura no llegó a formalizarse debido a la oposición
del PSOE oficial.
En1981, fue secuestrado
por la organización terrorista catalana Terra
Lliure y, tras recibir un disparo en una rodilla y ser abandonado atado a
un árbol, fue liberado por la policía.
Ese mismo año obtuvo el I
Premio de Ensayo de la editorial de izquierdas El Viejo Topo por su obra “La cultura española y el nacionalismo”,
donde criticaba al nacionalismo catalán y defendía los derechos culturales de
los hispanohablantes. Poco después abandonó Cataluña, trasladándose a Madrid,
comenzando a colaborar en Diario 16,
donde llegó a ser jefe de la sección de Opinión. En 1987 fichó como columnista
de ABC: el viaje ideológico había
terminado.
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