El auge de Internet, de la telefonía móvil y las Redes Sociales ha transformado la
sociedad, introduciendo nuevos hábitos y formas de ocio. El último estudio
realizado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), señala que el acceso a las Tecnologías de la
Información y la Comunicación –TIC- se está produciendo a edades cada vez más
tempranas. El 30% de los niños españoles de 10 años ya tiene un teléfono móvil.
A los 12 años, casi el 70% dispone ya de este tipo de tecnología y a los 14
años el 83%.
Esta tecnología está produciendo cambios profundos en el
comportamiento de las personas apareciendo también las preocupaciones sobre las
posibles consecuencias negativas que el uso intensivo puede causar en el
desarrollo infantil-adolescente. A muchos familiares les resulta complicado
educar a sus hijos en el uso correcto y prevenirlos adecuadamente de sus
peligros.
“El principal problema es la falta de conciencia y
educación de un uso responsable en el que la familia y el colegio estén
implicados en la enseñanza del niño”, asegura el psiquiatra del Hospital La Luz, Carlos González Navajas, coordinador junto al Dr. José Luis Pedreira, psiquiatra del centro
hospitalario, de las II Jornadas TICS y el Ciberacoso en niños, adolescentes y adulto
joven, celebradas en el Hospital La Luz de Madrid, en las que
ha participado la Institución Educativa SEK y la Fundación López-Ibor.”
Desde la aparición y expansión de las nuevas tecnologías
-señala el Dr. José Luis Pedreira -los jóvenes son adictos al boom digital y se
aíslan, pierden la noción del tiempo, se descentran socialmente y son incapaces
de detectar la realidad”.
El perfil de los jóvenes afectados tiene baja la
autoestima y dificultades en la comunicación, originando deficientes, las
relaciones familiares, “y las consecuencias clínicas pueden provocar
sensibilidad visual, alteraciones del sueño, cefaleas, dolores
musculo-esqueléticos, alteraciones en la alimentación e incluso conductas
autolesivas”, explica Pedreira.
Por todos estos motivos, “al niño, desde temprana edad, es
necesario educarle porque entra en contacto con estas situaciones; el control
parental es eficaz en ciertas medidas, pero si no hay educación y un uso
compartido para que entienda cuáles son los peligros, el control no sirve de
nada”, afirma González Navajas.
Según el Estudio Mundial sobre la Violencia entre los
Niños con la llegada de Internet y los teléfonos móviles ha surgido una cultura
de ciber-intimidación, efecto provocado por el uso abusivo de estos medios
tecnológicos, llegando a provocar muchos problemas como es el caso del
ciberbullyng.
“Desde el colegio se tiene que educar, y hay sistemas de
alarma y cortafuegos para poder identificar el ciberacoso. Aunque no haya una
entidad propia y estructurada, hay asignaturas en las que se enseña qué es,
cómo actuar y cómo rechazar el ciberbullying, ha declarado a Europa Press el
Dr. Carlos González Navajas.
“En los colegios – prosigue este especialista – deberían
tener presencia los profesores en las redes sociales, en blogs y foros para
generar confianza en los alumnos y, también, promover aulas webs y foros con
imágenes ‘antibullying’ para que sepan identificarlo. “Reírse de un compañero es una situación que se puede
producir y las redes sociales como facebook y twitter son herramientas que
propagan este problema con mucha celeridad”, afirma el Dr. José Luis Pedreira.
Las consecuencias del ciberbullying pueden ser muy
perjudiciales para el niño o adolescente. Tal y como apuntan ambos expertos,
pueden sufrir “trastorno depresivo adaptativo, estrés post traumático,
ansiedad, y, en los casos más dramáticos, la presión y desesperación de los
jóvenes por no controlar el acoso puede producir incluso el suicidio”.
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