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28 de abril de 2015

CUATRO IDEAS SOCIALMENTE INCORRECTAS SOBRE ESO QUE LLAMAMOS LA GENTE.

Nota previa: cuando aquí se dice gente entiéndase la mayoría o buena parte de la gente de este nuestro país. Afortunadamente, no toda.


1.- La gente ama y respeta la naturaleza. Falso. Eso es lo que dicen cuando les pregunta un reportero de televisión o cuando hablan con los demás. Sin embargo, cuando sales al campo y ves como está –repleto, aun en los parajes más lejanos, de restos, latas, plásticos, etc.- te das cuenta de la realidad.


2.- La gente respeta la cultura y trata de aprender. Falso. Lo normal es entrar en las casas de la gente y apenas encontrar libros. Tampoco se hallan periódicos de interés general (aquí no incluimos, desde luego, al AS o MARCA), ni otras revistas que no sean las del “corazón”.



3. La gente dice que es solidaria y manifiesta que no es xenófoba. Falso. Eso es hasta que les dicen que, cerca de su casa, se instalará un centro de rehabitación de toxicómanos o, o ven mudarse a unos inmigrantes al piso de al lado. Entonces, sale a relucir su verdadero yo, y pueden escucharse argumentos que produce vergüenza ajena.


4.- Los medios de comunicación son objetivos e independientes. Falso. No intentan ser objetivos, hace tiempo que abandonaron tal pretensión, porque ese no es su principal interés, sino servir fielmente a la causa ideológica que les resulta afín, ganando dinero siempre que sea posible, pues se trata de negocios. Y tampoco son independientes, pues dependen de la publicidad de los anunciantes, de los créditos bancarios y de sus relaciones con el gobierno de turno.

LOS ARGUMENTOS FALACES DEL PP

Resultado de imagen de mariano rajoyLos argumentos electorales que el Partido Popular está usando merecen algún comentario, ante la magnitud demagógica que encierran.

Por ejemplo: “Mariano Rajoy y el PP evitaron el rescate del país que los socialistas habían dejado en la ruina”.

No: fue el tándem Aznar/Rato el que inició y consolidó un modelo de crecimiento económico que condujo a España a la gran burbuja inmobiliaria-financiera (previa liberalización generalizada del suelo), y a sus posteriores terribles consecuencias en términos económicas y sociales. Zapatero y el PSOE, eso sí, resultó un amable cómplice, al no atajar esos derroteros.

Otro ejemplo: “En muchos aspectos el país ya es líder en Europa,  y no conviene cambiar ni de conductor ni de camino”.

No: España en lo que es líder es en desempleo y en corrupción. Y sí, conviene sustituir al conductor, y también cambiar de camino, porque el pastor gallego nos va a llevar de nuevo a la senda del ladrillo, y no a la de potenciar de verdad la educación, el I+D, las reformas en profundidad y la reducción de la desigualdad, por poner solo algunos ejemplos.

Rajoy, para muchos, representa más de lo mismo, de ahí su gran bajada en las encuestas, aunque se haya desprendido de sus manzanas más podridas. Parece que los españoles se están cansando de la misma película y quieren novedades en la cartelera.


12 de abril de 2015

¿ES CIUDADANOS EL PODEMOS DEL PP Y ES PODEMOS EL CIUDADANOS DEL PSOE?

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ALBERT RIVERA
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PABLO IGLESIAS
La alusión a la “centralidad del tablero político” diversas veces mencionada por Pablo Iglesias, parece anunciar, de hecho ya se está produciendo, un cambio en los postulados ideológicos básicos de Podemos, lo que casa bien con otra de sus frases más repetidas, la de “salir a ganar”.

No ignora el profesor de Ciencias Políticas que en nuestro país las elecciones (generales) se ganan obteniendo, al menos, diez millones de votos, lo que comporta que los correspondientes votantes tengan opiniones diferentes  - y a veces, contrarias- sobre los mismos asuntos. La solución a tal disparidad sólo se podría lograr con la aproximación de los opuestos en busca de un consenso de mínimos, pero la tarea, como la realidad ha demostrado muchas veces, no es fácil.

La moderación de Podemos, en ese sentido, es sintomática. Hace no tanto, se sentían cómodos con la etiqueta de antisistemas, o cuando menos, altersistemas (si esa palabra existiera). Últimamente, hemos visto como se auto etiquetaban de socialdemócratas (al menos la cúpula), y esa transformación es trascendental, quizá tanto como para ahuyentar a los jóvenes más a la izquierda, a aquellos que esperan una revolución, juventud que es parte notable de su clientela. Ese sería el precio de la ambición de sustituir, en el futuro, al PSOE, y gobernar España.

¿Sucede algo parecido, en el ámbito de la derecha, con el partido de Albert Rivera? ¿Es Ciudadanos el Podemos del PP? Parecen no pocas las semejanzas, aunque también haya algunas diferencias relevantes: el partido de Rivera no nace de un 15-M, por ejemplo, y ha detallado algunas medidas concretas de gobierno, lo que se cuida mucho de hacer el grupo de Iglesias.


Lo cierto es que pronto, en mayo, tendremos, cuando menos,  una parte de las respuestas.