ALBERT RIVERA |
PABLO IGLESIAS |
No ignora el profesor de Ciencias
Políticas que en nuestro país las elecciones (generales) se ganan obteniendo,
al menos, diez millones de votos, lo que comporta que los correspondientes
votantes tengan opiniones diferentes - y
a veces, contrarias- sobre los mismos asuntos. La solución a tal disparidad
sólo se podría lograr con la aproximación de los opuestos en busca de un
consenso de mínimos, pero la tarea, como la realidad ha demostrado muchas
veces, no es fácil.
La moderación de Podemos, en ese
sentido, es sintomática. Hace no tanto, se sentían cómodos con la etiqueta de
antisistemas, o cuando menos, altersistemas
(si esa palabra existiera). Últimamente, hemos visto como se auto etiquetaban
de socialdemócratas (al menos la cúpula), y esa transformación es
trascendental, quizá tanto como para ahuyentar a los jóvenes más a la
izquierda, a aquellos que esperan una revolución, juventud que es parte notable
de su clientela. Ese sería el precio de la ambición de sustituir, en el futuro,
al PSOE, y gobernar España.
¿Sucede algo parecido, en el ámbito
de la derecha, con el partido de Albert Rivera? ¿Es Ciudadanos el Podemos del
PP? Parecen no pocas las semejanzas, aunque también haya algunas diferencias
relevantes: el partido de Rivera no nace de un 15-M, por ejemplo, y ha
detallado algunas medidas concretas de gobierno, lo que se cuida mucho de hacer
el grupo de Iglesias.
Lo cierto es que pronto, en mayo,
tendremos, cuando menos, una parte de
las respuestas.
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