Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de
Virginia (Estados Unidos) han descubierto cómo el 'Lactobacillus', una
bacteria presente en los alimentos fermentados y el yogur, ayuda al organismo a
controlar el estrés y puede contribuir a prevenir la depresión y la ansiedad.
Estos hallazgos abren la puerta a nuevas terapias para esos y otros trastornos.
La nueva investigación del doctor
Alban Gaultier y sus colaboradores
precisa el papel del 'Lactobacillus', separándolo de todos los demás
microorganismos que viven de forma natural en nuestro cuerpo. Estos organismos
se conocen colectivamente como la microbiota,
y los científicos han intentado cada vez más centrarse en ellos para combatir
enfermedades y mejorar nuestra salud.
"Nuestro descubrimiento
aclara cómo el 'Lactobacillus' residente en el intestino influye en los
trastornos del estado de ánimo, ajustando el sistema inmunitario --subraya
Gaultier, del Departamento de Neurociencia de la U.V.A., el Centro de
Inmunología Cerebral y Glía (BIG Center) y la Iniciativa Transuniversitaria
sobre el Microbioma--. Nuestra investigación podría allanar el camino hacia el
descubrimiento de terapias muy necesarias para la ansiedad y la
depresión".
Los intestinos albergan
innumerables bacterias, hongos y virus, y los científicos se han dado cuenta
cada vez más de que estos organismos y sus interminables interacciones son
fundamentales para la salud del sistema inmunitario, la salud mental y muchas
otras facetas del bienestar. Se sabe que las alteraciones de la microbiota, ya
sea por enfermedad, mala alimentación u otras causas, contribuyen a muchas
enfermedades e incluso ayudan a la propagación del cáncer. En los últimos años,
los investigadores se han mostrado muy entusiasmados con la posibilidad de
combatir enfermedades actuando sobre la microbiota.
“Los primeros intentos de
manipular la flora intestinal con bacterias beneficiosas, denominadas probióticos, han dado resultados
desiguales. Gran parte del problema ha sido la enorme complejidad del
microbioma. Se calcula que hay 39
billones de microorganismos en el interior de cada uno de nosotros, por lo
que tratar de entender lo que hacen determinadas bacterias u hongos --y mucho
menos cómo interactúan con todos los demás microorganismos y su huésped-- puede
ser como intentar contar granos de arena en la playa.
Gaultier y su equipo adoptaron un
enfoque innovador para centrarse específicamente en los lactobacilos.
Investigaciones anteriores del laboratorio de Gaultier sugerían que las
bacterias podían revertir la depresión
en ratones de laboratorio, un hallazgo enormemente prometedor, pero los
investigadores necesitaban saber cómo”.
"Sabíamos por nuestras
investigaciones previas que el 'Lactobacillus' era beneficioso para mejorar los
trastornos del estado de ánimo y que se perdía tras el estrés psicológico, pero
las razones subyacentes seguían sin estar claras, principalmente debido a los
retos técnicos asociados al estudio del microbioma", explica.
Decidieron continuar su
investigación sobre la depresión utilizando una colección de bacterias,
conocida como Flora Schaedler
alterada, que incluye dos cepas de 'Lactobacillus' y otras seis cepas
bacterianas. Con esta comunidad bacteriana poco utilizada, el equipo pudo crear
ratones con y sin 'Lactobacillus', evitando la necesidad de
antibióticos. Efectivamente, la flora Schaedler alterada produjo resultados
interesantes.
Los investigadores pudieron
explicar exactamente cómo influyen los lactobacilos en el comportamiento y cómo
su carencia puede empeorar la depresión y la ansiedad. Descubrieron que los
lactobacilos de la familia 'Lactobaccillacea' mantienen los niveles de un
mediador inmunitario llamado interferón
gamma, que regula la respuesta del organismo al estrés y ayuda a evitar la
depresión.
Con esta información, los
investigadores estarian preparados para desarrollar nuevas formas de prevenir y tratar la depresión y otros
trastornos mentales en los que el 'Lactobacillus' desempeña un papel
importante. Por ejemplo, los pacientes con depresión (o riesgo de padecerla)
podrían algún día tomar suplementos probióticos especialmente formulados para
optimizar sus niveles de 'Lactobacillus'.
"Con estos resultados en la
mano, disponemos de nuevas herramientas para optimizar el desarrollo de
probióticos, lo que debería acelerar los descubrimientos de terapias novedosas
--afirma la doctora Andrea R. Merchak--.
Y lo que es más importante, ahora podemos explorar cómo podría investigarse el
mantenimiento de un nivel saludable de Lactobacillus y/o interferón gamma para
prevenir y tratar la ansiedad y la depresión".