Vistas de página en total

24 de enero de 2012

EL SEÑOR ARZOBISPO, LOS GAYS Y LAS MUJERES


Jaume Pujol, arzobispo de Tarragona, dejó ayer (23 de enero de 2012) bien claro que el sacerdocio no es para las mujeres, ya que su principal misión es "traer hijos al mundo y cuidar más al marido, porque él es el hijo más pequeño de la casa". También afirmó que "el comportamiento de los homosexuales no es adecuado ni para ellos ni para la sociedad." y que "las mujeres no pueden oficiar misa  porque cada uno tiene una función; yo tampoco puedo hacer algunas funciones que hacen las mujeres, no puedo traer los hijos al mundo".


Esto lo dijo en plenas facultades físicas y mentales, como es de suponer, lo que pudiera constituir un agravante.


El prelado no explicó de que manera o por qué el comportamiento de los gays es del todo y para todos inadecuado (tal vez hizo bien, porque nos imaginamos las argumentaciones que su ilustrísima emitiría), pero sí hizo una comparación cuando menos absurda. Este señor Pujol no debe entender bien que él no puede parir porque no puede obviar las leyes de la naturaleza, pero no hay nada que impida que las mujeres sean curas. Bueno, si hay algo: la actual jerarquía eclesiástica y la lectura sesgada del Evangelio.


Lo que parece no preocuparle tanto a don Jaume es la situación de precariedad e indigencia que, por centrarnos en nuestro país,  sufren miles y miles de personas a causa de un sistema político-económico concreto, dirigido por una élite que, cuando se equivoca, deja a millones de trabajadores en la calle.


El arzobispo de Tarragona es miembro destacado del Opus Dei y un gran experto en temas de didáctica y catequesis (que es justo lo que necesitamos para salir de la crisis).


No es la primera vez que  hace declaraciones polémicas: anteriormente llegó a pedir que no se cumplieran las leyes "si se oponen a las exigencias morales”; las suyas, claro.


Los cristianos de la LGTB (lesbianas, gays, trans y bisexuales) le han contestado que "condenar unos comportamientos como no adecuados ni para la persona ni para la sociedad es condenar a la sospecha y el rechazo social a las personas que se comportan así. Una sospecha y un rechazo que no comparten todas aquellas personas que conocen o han vivido de cerca una familia homoparental" (...)  "Jesús de Nazaret, trajo un mensaje de esperanza, de acogida, de misericordia y de amor para todos los hombres y las mujeres. A lo largo de su vida se rodeó de todas aquellas personas que la sociedad de su tiempo consideraba con comportamientos no adecuados : hombres sin familia, mujeres no sometidas, publicanos, pecadores, soldados romanos, esclavos, eunucos..."

18 de enero de 2012

EL REPARTO DEL PASTEL

Más de dos siglos hace que Jean-Jacques Rousseau escribió un libro titulado «Cuál es el origen de la desigualdad entre los hombres y si la ley natural la justifica» (1754) . El filósofo suizo dejó apuntado que la desigualdad social y política no es natural, no deriva de la voluntad divina, ni tampoco es una consecuencia de la desigualdad natural entre los hombres, siendo más bien de la opinión de que la ciencia, el arte y las instituciones sociales han sido las que han corrompido a la humanidad.

La expresión popular lo dice: “¡Que mal repartido está el mundo!”. Lo que a lo peor no saben, o no se imaginan, es cuánto. Veamos algunos datos.

El 2% de los adultos más ricos en el mundo posee más de la mitad de la riqueza global de los hogares, de acuerdo a un estudio publicado en 2.006 por el Instituto Mundial para la Investigación de Desarrollo Económico de la Universidad de las Naciones Unidas. Este trabajo era el primero en su tipo en considerar todos los países del planeta y los principales componentes de la riqueza del hogar, incluyendo activos y pasivos financieros, tierra, edificios y otras propiedades tangibles. Por su parte, la O.N.U. estima que en el mundo viven 1.400 millones de personas en niveles de pobreza, lo que en términos de ingresos significa que subsisten con menos de un dólar al día

En España, el 10% más rico de la población posee el 70% de la riqueza, hallándose también el 10% de la misma por debajo de la línea de pobreza. Con datos de 2009, el 63% de rentas pagadas por rendimientos del trabajo, desempleo y pensiones o declaradas por actividades económicas eran inferiores a 1.100 euros mensuales brutos (correspondían, pues, a los popularmente conocidos como “mileuristas”). Por otro lado, según el Instituto Nacional de Estadística de ese mismo año, la “brecha salarial” entre los empleados de dirección o gerencia y los trabajadores no cualificados, representaba el 514%, es decir casi 6 veces más. Y también encontramos que perciben más de 60.000€ al año un club selecto de asalariados que supone sólo el 1,83% del total. Y eso sin hablar de los super ricos, que habitualmente no son asalariados, y que según el informe World Wealth Report, que desde hace 15 años elabora Merrill Lynch, el número de millonarios repartidos por el mundo se eleva, en la actualidad, a 10.9 millones de personas (el 0,15% del total ).

De modo que estos son los datos. Son cifras reales, proceden de fuentes fiables, están comprobados. Son una evidencia. Son las pruebas. Se saben. Se publican.
Históricamente, los derechos concedidos a los ciudadanos se graduaban con arreglo a su fortuna, y con ello se observa la tendencia del Estado en favorecer a los estratos más pudientes; así sucedía ya en Atenas y en Roma, donde la clasificación ciudadana era por la cuantía de los bienes. Lo mismo pasó en el Estado feudal de la Edad Media, donde el poder político se distribuyó según la propiedad territorial. Y también así se comprueba en el censo electoral de los modernos estados representativos del siglo XIX.

En el sociedades democráticas actuales ya no se reconocen los derechos políticos según las diferencias económicas, pero han surgido otras formas de control: la corrupción, el sobreendeudamiento del Estado –lo que, como vemos actualmente, posibilita su sometimiento a los mercados financieros-, la ausencia de una renta básica universal, la amenaza latente del desempleo, cierta enseñanza, los medios de comunicación, la religión, la publicidad… Todo ello conduce a que la población, en su gran mayoría, acabe reconociendo el actual orden social como el único posible. Un orden que, consagrado en su desigualdad, aspira a mantenerse de modo indefinido. Y lo logra. No es algo sorprendente, pues cuenta con todo a su favor: dinero, poder, medios.

9 de enero de 2012

COCA COLA ES ASÍ


La última campaña publicitaria de Coca-Cola, toma prestada sin permiso, y debo reconocer que este tipo de apropiaciones indebidas es algo que me enoja especialmente, la imagen de los indignados del 15-M y esparce sus edulcorados eslóganes por doquier: “Tenemos derecho a soñar y que se haga realidad …Hay razones para creer en un mundo mejor”. En su Web animan a la participación: “Escríbenos lo que te inspira, lo que te mueve, que te ayuda a creer que entre todos es posible hacer un mundo mejor. No te lo guardes, ¡compártelo!”.

Supuestos internautas responden cosas como éstas:

“Fritida: Lo que realmente me hace levantarme con ganas cada mañana, es lo hermosa que es la gente sonriendo”

“Patricia17: Nuestros sueños son pequeñas burbujas de jabón que vuelan bien alto para alcanzar el cielo”


“Abb.95: Porque sé que algún día todo esto que hoy soñamos se hará realidad.”

“nataliamoño: para que los sueños sigan moviendo al mundo.”

“Miller29: Que Coca-Cola reparta felicidad desde hace 125 años para mejorar el mundo, gracias.”

“amania: Por cuando tienes 1000 razones para llorar aparecen 1001 más para sonreir”

Creo que sobran los comentarios. Evidentemente, parte de estos mensajes son falsos, los hace Coca-Cola a través de su agencia de comunicación (por ejemplo, el de Miller29), y parte son verdaderos, lo que es aún peor. No vi ningún mensaje que aludiera de modo crítico a la realidad política, social o económica. Pase lo que pase, para Coca-Cola la vida es bella.