Los ácidos grasos poliinsaturados omega3
(fundamentalmente EPA y DHA) son, “gracias a su poder antiinflamatorio y neuroprotector, un aporte coadyuvante o
complementario al tratamiento farmacológico muy efectivo en depresión mayor”.
VICENTE BALANZÁ |
Así lo manifestó Vicente
Balanzá, profesor de la Universidad
de Valencia e investigador del Cibersam
(Centro de Investigación Biomédica en Red) área
de Salud Mental, en una jornada celebrada en el Colegio Oficial de Farmacéuticos
de la ciudad del Turia. Tal área está formada por 25 grupos de investigación clínica, preclínica y traslacional
pertenecientes a 8 comunidades autónomas. Estos grupos, seleccionados de forma
competitiva entre los de mayor
productividad científica del país están dedicados fundamentalmente al
estudio de trastornos mentales como la depresión, esquizofrenia, trastorno
bipolar, así como los trastornos de ansiedad y trastornos mentales del niño y
del adolescente o la innovación terapéutica.
Tal y como se puso de manifiesto en este foro, “dicho
beneficio se consigue con una ingesta
mínima de 1.000 mg/día y, dado
que la media de consumo en los países desarrollados es inferior a los 150
mg/día, sería necesario y recomendable complementarlo con suplementos que lo contengan”. No obstante, los especialistas
hicieron hincapié en que “la recomendación farmacéutica sólo debería realizarse
en caso de hallarse ante un caso de depresión clínica diagnosticada por un
médico”.
Según Balanzá, “la depresión tiene un importante componente inflamatorio y, según
estudios realizados, las personas que la padecen tienen unas cantidades de omega3 en tejidos corporales significativamente inferiores a la
población general, dos cuestiones que ensalzan la capacidad antiinflamatoria de
este nutriente y su impacto positivo en la patología”. En este sentido, “se
trata de complementar el tratamiento antidepresivo para sumar eficacia y sus efectos
moleculares antiinflamatorios”.
Desde un punto de vista práctico, las dosis recomendadas para la depresión son de 12 gramos/día de una
combinación EPA/DHA, (ácido eicosapentanoico y ácido docosahexanoico,
respectivamente) “preferiblemente en una proporción mínima de un 60 por ciento
de la primera”, aunque la relación ideal,
según los ensayos clínicos realizados, “es 3 a 1”. El EPA puede encontrarse en
el aceite de pescado y el DHA en el pescado azul; ambos están presentes en
semillas de lino, nueces, soja, maíz, sésamo, pipas de girasol o calabaza, aceite
de colza, hortalizas de hoja verde, cereales y algas marinas.
Manténgase conectado de forma no parada gracia nuestros paquetes ofrecen créditos entre
ResponderEliminarindividuos disponible día y noche tiene una tasa de interés del 2%
A partir de 191 euros de correo electrónico solo. contacto: pacalfoubert@gmail.com