Hay
que lamentar
que el primer caso de ébola confirmado fuera de África haya sido
localizado en España. Queda mucho por saber, pero es evidente que, o
bien falló el protocolo, o fue un fallo humano. La marca España, en
lo concerniente a Sanidad, sufre así un severo varapalo.
Todavía no se explica como la
auxiliar de enfermería afectada, cuando acusó los primeros
síntomas, acabó acudiendo a su hospital, el de Alcorcón,
en lugar de ir al Hospital Carlos
III, que hubiese
sido lo lógico. De ella solo ha trascendido que está casada, no
tiene hijos, y que su marido (que permanece aislado) está en
contacto con las autoridades para ayudarles a hacer el mapa de los
posibles infectados. También se sabe que es interina, esto eventual,
trabaja a temporadas.
El coordinador de emergencias
del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, admitió que se debían
haberle hecho antes las pruebas, dado que había estado atendiendo al
religioso García
Viejo. Esto podría
ser calificado de fallo del protocolo o de supervisión. También ha
asegurado que se propondrá el aislamiento
a las personas que hayan podido tener contacto estrecho con la
afectada, por «precaución» y por la «alarma social» generada, y
hacerles un seguimiento estricto durante los 21 días en que pueden
desarrollarse los síntomas.
La Rueda de Prensa de ayer, a
tenor de lo sucedido, oficiada por la ministra de Sanidad Ana
Mato, fue vaga y
carente de contenido. Además del anecdótico detalle de comparecer
vestida de luto, Mato admitió desconocer aún la fuente de contagio.
Por su parte, la portavoz de
Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (AFEM),
Marta Hernández, ha reclamado la dimisión de la ministra de Sanidad
ante lo que ha calificado como un "hecho gravísimo" y
"tercermundista.
El presidente del sindicato de
médicos AMYTS,
Daniel Bernabéu, ha expresado "una mezcla de consternación e
indignación". Y el secretario general del sindicato de
enfermería SATSE,
José Manuel Freire Calvo, ha recordado que ya habían advertido de
que el Carlos III no reúne las "condiciones suficientes"
para atender este tipo de pacientes y que el contagio demuestra que
"algo ha fallado”.
El sindicato CSIF,
sector Sanidad, ha manifestado que el material de prevención
(mascarillas, trajes, material de profilaxis...) utilizado en ambos
casos "no cumplía los baremos de seguridad fijados por la
Organización Mundial de la Salud) y, por tanto, "algo así
podía suceder”.
Asimismo, UGT
denunció ayer que IBERIA no está asumiendo las medidas adecuadas
para proteger eficazmente a las tripulaciones que realizan los vuelos
a países afectados por la actual crisis del ébola, por lo que estas
personas se encuentran “absolutamente
desprotegidas”.
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