Los trastornos de salud mental representan uno de los mayores retos para la sociedad contemporánea, con la ansiedad y la depresión liderando como las afecciones más comunes, afectando al 4.7% y 4.1% de la población española respectivamente, de acuerdo a los últimos datos del Ministerio de Sanidad.
La popularidad del café y la
necesidad de entender mejor su efecto sobre la salud mental impulsaron este
estudio, dada la abundancia de investigaciones sobre sus beneficios físicos
pero la escasez de datos sobre su impacto en el bienestar psicológico.La investigación involucró a 146.566
individuos Reino Unido, combinando información sobre ansiedad y depresión de
los participantes con sus hábitos de consumo de café. De estos, 63.860 hombres
y 82.796 mujeres, con una edad promedio de 55.9 años, participaron en el
estudio.
De los participantes, el 80,7%
eran consumidores de café, con un 41,2% (48,818 personas) indicando que bebían
entre 2 y 3 tazas diarias, siendo esta la cantidad más frecuente. El café
molido sin azúcar y el café molido con leche mostraron los mejores beneficios
para la salud mental.
La investigación concluyó que un
consumo moderado de café diariamente está vinculado a una menor incidencia de depresión y ansiedad,
La cafeína se halla en el café
(en proporción aproximada del 1 al 2%), pero no sólo en éste: el té, las
bebidas de cola o el cacao también la contienen. Los estudios farmacológicos
han confirmado su principal propiedad: es un estimulante del sistema nervioso central. La experimentación en el
laboratorio ha demostrado que los hámsters que habían ingerido cafeína eran
casi el doble de rápidos en encontrar la salida de un laberinto que los que no
la habían tomado.
El café aumenta la resistencia a
la fatiga y a la somnolencia, produce un flujo más claro de pensamiento e
incrementa la capacidad de esfuerzo intelectual y muscular. Esta es la causa
por la que nos hace sentir mejor. De hecho, aumenta el nivel de las catecolaminas, que son los
neurotransmisores vinculados con la euforia y el estado de alerta
Sin embargo, aumenta la
inquietud, nerviosismo e insomnio. A dosis elevadas pueden producirse
convulsiones, naúseas, temblores, taquicardias, irritación gastrointestinal y
diarrea.
Como se puede apreciar, son
estimaciones contradictorias, pero en los estudios científicos son
relativamente frecuentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario