LA SUPERIORIDAD MILITAR TECNOLÓGICA DE ISRAEL PODRÍA CONLLEVAR UNA DESVENTAJA TÁCTICA

 Extracto del artículo de Franz Stefan Gady. Miembro senior consultor sobre poder cibernético y conflictos futuros en the International Institute for Strategic Studies (IISS)

“Todavía estamos en la fase inicial de la Operación Espadas de Hierro, el nombre de la respuesta militar israelí a la horrible masacre de más de 1.400 israelíes liderada por Hamas el 7 de octubre. El Ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, ha predicho una “guerra larga”.” Se espera que las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) enfrenten una dura resistencia sobre el terreno por parte de Hamas, la Jihad Islámica Palestina y otros grupos, que intentarán aprovechar el terreno urbano, la población civil y el vasto laberinto de túneles subterráneos, apodado el metro de Gaza, para obtener ventajas  asimétricas en esta pelea”. 

“Las FDI, construidas en torno a un sistema de servicio militar obligatorio y de reserva universal, son consideradas una de las mejores fuerzas armadas del mundo. Su fuerza aérea y sus unidades de operaciones especiales son la envidia de muchos generales de la OTAN. Un elemento clave que convierte a las FDI en una fuerza potente es el compromiso de larga duración de Estados Unidos de mantener la superioridad militar cualitativa de los israelíes sobre adversarios potenciales, proporcionando aproximadamente  3.800  millones de dólares al año en asistencia militar. Junto con el  uso generoso  por parte de las FDI del próspero sector tecnológico de Israel, esto permite a las FDI disponer de un ejército costoso y de alta tecnología, que incluye sistemas de defensa aérea y antimisiles de última generación, cazas furtivos, así como inteligencia, vigilancia y reconocimiento avanzados ( capacidades ISR).

Sin embargo, puede ser exactamente esta búsqueda de las FDI de superioridad de alta tecnología sobre adversarios de baja tecnología, como Hamás, lo que ha nublado su visión. El sentido de superioridad tecnológica de las FDI no sólo contribuyó a que no pudieran anticipar un sofisticado ataque con armas combinadas el 7 de octubre, sino que también puede ser una desventaja táctica en la esperada campaña terrestre en Gaza. Esta no sería la primera vez que ha sido un problema: los analistas han señalado que un “ culto a la tecnología ” contribuyó al pobre desempeño de las FDI en la Guerra del Líbano de 2006.”

“Las razones por las que el enfoque de las FDI en alta tecnología puede resultar contraproducente están interrelacionadas. En primer lugar, a nivel de estrategia y política, la confianza de Israel en la superioridad tecnológica ayudó a que los responsables políticos y los altos oficiales militares fueran víctimas de la ilusión de que no había que tomar decisiones difíciles en la estrategia militar de Israel. En segundo lugar, la dependencia excesiva de dicha tecnología a nivel táctico contribuyó a una mentalidad defensiva dentro de las FDI que puede haber permitido que se atrofiaran habilidades importantes, como la capacidad de llevar a cabo operaciones complejas de armas combinadas al atacar. Estas debilidades en la capacidad de ataque de las FDI han sido identificadas por la comunidad de defensa de Israel como un problema durante muchos años, y las FDI se encuentran actualmente en medio de un proceso de adaptación doctrinal y estructural mientras experimentan con un nuevo concepto de guerra. Este proceso incompleto hace que el momento de la inminente campaña agraria sea subóptimo, por decir lo menos”.

“La miopía estratégica y la arrogancia del Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu que lo llevaron a ser tomado por sorpresa el 7 de octubre fueron posibles gracias a la confianza que las FDI y otros servicios de seguridad de Israel tenían en su sofisticación tecnológica. Lo hizo creando la sensación de que Israel podía quedarse con el pastel y comérselo también, sin necesidad de hacer concesiones: podía esforzarse por mejorar las relaciones con sus vecinos árabes mientras se convencía a sí mismo de que estaba gestionando y conteniendo a Hamás y sus aliados, evitando cualquier necesidad de lidiar con las amenazas militares inmediatas planteadas por adversarios no estatales altamente motivados, disciplinados y cada vez más sofisticados tecnológicamente en Gaza y el sur del Líbano”.