Desde luego,
puede que no resulte especialmente agradable limpiar el polvo de casa
asiduamente, pero además de la compensación estética que produce un hogar
reluciente, científicos de Universidad
de George Washington han analizado el polvo de las casas y han encontrado
en él decenas de productos químicos
tóxicos, algunos con potencial cancerígeno.
Según explican, “Una de esas
sustancias son los ftalatos, que
suelen encontrarse en artículos de uso diario, como el envases de alimentos,
spray para el cabello, cosméticos y jabones, y que se han relacionado con
problemas de salud que van desde el asma o el TDAH a la menopausia temprana. Este
polvo tóxico puede ser perjudicial
porque las personas lo respiran.” “Muchos productos de casa que contienen
sustancias químicas perjudiciales se liberan al aire y quedan retenidas en el polvo, instalándose en los objetos del hogar
y en el suelo.” No obstante, es preciso reconocer que la Unión Europea ha prohibido una lista de ftalatos considerados
nocivos, pero todavía se pueden encontrar en algunos productos comercializados.
En general, el ftalato DEHP (usado en muchos plásticos) fue el que se halló en un nivel más alto en el polvo, seguido
de los fenoles, los retardantes de llama (que se hallan en
plásticos, aparatos eléctricos y electrónicos, cables, muebles, tejidos,
colchones, espuma de poliuretano, moquetas, alfombras, etc.) y los productos
químicos altamente fluorados.
En su estudio, los mencionados
investigadores hallaron que el polvo en el interior de las casas contiene cuatro
clases de productos químicos nocivos en grandes cantidades. “Este polvo tóxico –señalan- puede ser
perjudicial porque las personas respiran pequeñas partículas de polvo o las
absorben a través de la piel”. Los bebés
y los niños pequeños están particularmente en riesgo porque gatean, juegan
en el suelo y se llevan las manos a la boca, según resaltó la investigador
principal, la profesora Ami Zota.
Nada menos que 45 productos químicos
potencialmente tóxicos se utilizan en muchos productos de consumo y de uso
doméstico, tales como suelos de vinilo, productos de aseo y cuidado personal
(por ejemplo esmaltes de uñas), productos de limpieza y materiales de
construcción. De esos 45, diez
productos químicos nocivos se encuentran en el 90% de las muestras de polvo,
incluyendo un agente cancerígeno, el TDCIPP,
también conocido como Tris clorada.
Este retardante de llama se utiliza en la espuma de poliuretano, en los
plásticos, en las resinas de poliéster y en los textiles (La Universidad Duke, en Estados Unidos y el Green Science Policy Institute publicaron un estudio en 2014 en el
que analizaron la espuma de 101 sofás comprados en EE.UU. entre 1984 y 2010,
encontrando que el 85% contenía algún químico retardante tóxico).
El mejor consejo para evitar estos
productos químicos es limpiar el polvo y procurar que no quede en suspensión, usar con preferencia la aspiradora, ventilar suficientemente
la casa y lavarse las manos con frecuencia.
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