UNA.
En el caso de España,
merece la pena recordar el recorte en la prima a las renovables -una
retribución adicional al dinero que reciben las renovables por vender la
energía que producen, es decir un tipo de subvención- que el gobierno del P.P. decretó en 2014.
DOS.
La agencia de
protección ambiental de Estados Unidos (US EPA) acaba de acusar –y es de
suponer que motivos fundados tiene- al grupo Volkswagen de manipular, mediante
un software oculto, las emisiones de
gases tóxicos de 482.000 vehículos diésel, que serían muy superiores a las
declaradas o autorizadas.
Este tipo de prácticas boicotean, por intereses espurios, la
sostenibilidad del consumo energético y la lucha contra el cambio climático. Y aún peor será si este truco pudiera afectar a los coches vendidos en el resto del mundo
por parte de la multinacional bávara (en concreto, implicaría a todos los
automóviles con motor Tdi y diésel de cuatro cilindros de los modelos Golf,
Jetta, Passat, Beetle y A3 de Audi).
No obstante, la broma no le va a salir gratis, ya que Volkswagen
ha confirmado que provisionará 6.500 millones de euros tras admitir que hasta 11 millones de unidades estarían
afectados por el problema.
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