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28 de junio de 2015

EL PARO EN ESPAÑA: UN PROBLEMA DE SIEMPRE

  La tasa de paro española entre 1986 (año de la adhesión a la U.E.) y 2013 osciló, en dicha Unión Europea, entre el 7,2% y el 10,9%. Sin embargo en nuestro país fluctuó entre el 8,2% y el 26,1%. Y lo más importante: en esos 27 años solo bajó del 10% en dos.
En ese año de 1986, el desempleo era del 21,65% (más de 3 millones de desocupados). Y no bajó del 15% hasta llegar al año 2000.  En los siete años siguientes descendería hasta el mínimo histórico de 2008 (7,2 %, 1,76 millones de desempleados). A partir de entonces, como es sabido, subió espectacularmente hasta el 26,1% del 2013.
En resumen, el paro en España es un problema estructural. La mayoría de las veces, desde hace 30 años, hemos vivido por encima del 15%, y cuando no,  ha sido en virtud de una situación ficticia: la burbuja inmobiliaria. Los más nostálgicos dirán que en 1976 el paro era sólo del 4,4%, pero, obviamente la situación era muy diferente: la población activa era muy inferior (la mujer estaba poco incorporada el mercado laboral), sumando, además, otros factores como la anterior  emigración al exterior y el retraso de la edad de entrada al trabajo, ya que se empieza a estudiar más años.
Paro estructural significa que tenemos más personas en situación y deseo de trabajar que puestos de trabajo. ¿Por qué? Los expertos apuntan algunas causas.
INDUSTRIA. La aportación de la industria al PIB español es del 17% frente a una media europea del 20%. Y en Alemania supone el 25%. 
I + D. En  Innovación, tecnología y patentes España está a la cola en el valor añadido bruto. La inversión en investigación, desarrollo e innovación supone el 1,39% del PIB, por debajo de la UE (2%), EE UU (2,77%) y Japón (3,44%). Alemania destina el 2,84% (Datos de Eurostat en 2010). Esta economía es 2,64 veces mayor que la española pero las patentes alemanas registradas en 2011 (último dato disponible) fueron 13 veces más numerosas que las españolas.
EXPORTACIONES. Menos del 7% de nuestras exportaciones tienen un alto grado de sofisticación (y por tanto de valor añadido). Y las ventas al exterior de alta tecnología solo suponen el 4,16% del total, el nivel más bajo de la UE . La falta de innovación ha convertido a la industria española en proveedora de productos intermedios para empresas de otros países, mientras que el peso de la producción de productos finales, que son los que dejan márgenes reducido. En otras palabras, y por así decirlo, exportamos muchos naranjas, cuyo precio y beneficio unitario es muy pequeños y pocos ordenadores.  Pero es que, además, en España exportan pocas empresas. De 3,4 millones de sociedades, lo han hecho alguna vez el 3,6%. Pero de éstas 122.987, menos de un tercio (37.000) lo hacen de forma habitual. El 86% del total de las ventas nacionales en el exterior depende de solo el 4% de los exportadores. Y conviene saber que las regiones españolas con menor paro son las que más exportan. Todo el norte de España exporta en relación a su PIB por encima de la media nacional (20%), salvo Asturias y La Rioja (Cantabria roza el promedio). Navarra (43,2%) y País Vasco (31,6% del PIB), líderes en exportaciones, son los territorios con menos desempleo.
TAMAÑO DE LAS EMPRESAS. El 80% del empleo en España depende de las pequeñas y medianas empresas (pymes) y éstas son las más endebles y vulnerables en caso de una crisis económica. Las empresas con más de 500 trabajadores son las que mejor aguantaron la crisis en España y la mayoría de las 177.000 empresas desaparecidas entre 2008 y 2011 fueron pymes.
FRACASO ESCOLAR. España está 12 puntos por debajo de la media de OCDE en comprensión lectora, según el Informe PISA. Una vez más la España del Norte (la de menos paro) sale mejor en las pruebas que la del Sur. España tiene un gran déficit formativo en buena parte de su población y un exceso de sobrecualificación en el extremo contrario. El país tiene la mayor proporción de peones de la UE y la misma que hace 20 años  y casi el 50% de la población no supera los estudios obligatorios frente al 30% en Europa. El abandono escolar es muy alto (33% frente al 20% en la UE). En España solo un tercio de los jóvenes estudia formación profesional, cuando en Alemania es el 66%.
CORRUPCIÓN Y ECONOMÍA SUMERGIDA. España es, con Grecia e Italia, uno de los tres países europeos con más economía sumergida y fraude. Coinciden todos los estudios y se apunta que alcanza hasta un 25% del PIB (el doble que la media de la UE). La corrupción pública y privada es un sobrecoste, que concierne a la sociedad en su conjunto. España es el 30º país más corrupto de 170 y las empresas españolas son las segundas, tras las chinas, que más recurren al soborno para crecer en el mercado exterior.
Para tener empresas que fabriquen productos exportables de alto valor añadido necesitamos más ingenieros de todas clases, técnicos, especialistas, cuadros medios, informáticos. Y esto arranca de una buena formación básica anterior, la enseñanza obligatoria. No se puede seguir viviendo del turismo y la construcción.
Se han achacado otras causas para el elevado paro español: la reducida movilidad geográfica, la elevada prestación por desempleo, la rigidez del mercado laboral, la dificultad para ser emprendedor… causas ellas que parecen de menor incidencia y alguna discutible tras la última reforma laboral.

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