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24 de enero de 2015

CONTRA MONEDERO

Era más que previsible el aluvión de ataques que sobre Podemos, cual plaga del Antiguo Testamento, iba a caer tras los buenos resultados obtenidos por esa formación política en las diversas encuestas efectuadas en los últimos meses (siempre por encima del 20%).

Las elecciones municipales y autonómicas están cada vez más cercanas y cada partido trata de obtener más votos denigrando sin miramiento alguno al resto de oponentes, triste estrategia que los ciudadanos han venido soportando desde el inicio mismo de la democracia. En eso -y en otras cosas- se diferencian de las empresas comerciales, que lo que enfatizan son las excelencias de sus productos o servicios, recurriendo rara vez a descalificar a la competencia.

Sin embargo, no parece descabellado pensar que los de Pablo Iglesias no hayan descontado tal situación. Las acusaciones, por ejemplo, contra Juan Carlos Monedero por sus ingresos en relación con los trabajos de asesoría para diversos gobiernos centro y sudamericanos son, bien miradas, resultan bastante inconsistentes. El trabajo del profesor -que también ha sido consultor de la ONU o del Banco Central Europeo, hecho que soslayan no pocas informaciones y tertulias periodísticas- es perfectamente legal, y tampoco resulta objetable desde un punto de vista ético, sabiendo además que todo o parte de los mencionados emolumentos se reinvirtieron en un programa de televisión en Internet (La Tuerka). ¿En qué, en cambio revirtieron los dineros de la corrupción otros políticos? En sus bolsillos.

Entonces ¿que hay de malo en formar parte de un amplio equipo de expertos que estudiaron la viabilidad de una moneda única para latinoamérica? ¿Acaso no se hizo algo similar en el caso del euro?.

Parece evidente que todas las invectivas contra Monedero se basan en criterios puramente ideológicos. Y es que cuando la asesoría se refiere a los países denominados por algunos como bolivarianos arrecian furiosas las críticas, a pesar de que esas naciones tienen gobiernos legítimos salidos de la urnas. En este sentido, el titular que apareció en la edición impresa del diario “El País” del 21 de enero pasado es particularmente tendencioso, y atenta contra la ética periodística que se estudiaba en quinto de carrera. Dice así: “Monedero admite que cobró 425.000 euros de Venezuela y sus aliados”. Sobran comentarios.

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