Según
el reportaje del escritor y periodista Miguel Jara, en Estados
Unidos
la mortalidad materna está
aumentando de modo constante,
pues
ya
ha multiplicado por cuatro la de hace 25 años. Aunque parezca
increíble,
hoy las
mujeres mueren más jóvenes que sus madres
en dicho país. ¿Cual es la razón?
Más
datos relacionados con esto. Fallecen
en el primer
día de vida
más del doble de niños estadounidenses que niños europeos (11.300
anuales en Estados Unidos por
5.800 en la Unión Europea); la mortalidad materna Estadounidense
se ha triplicado, al
pasar de
6,6 en 1987 a 21 en 2010 por 100.000 nacidos vivos, encontrándose
sólo otro país en el mundo con
igual tasa:
Zimbabue. Parir en Estados Unidos es una “actividad mortal”, como
describe un informe de
Amnistía Internacional.
Además,
los daños están repartidos por clases
sociales.
Resulta curioso que las personas que más dinero tienen enferman o
sufren por los excesos de servicios innecesarios, y, al contrario,
atención claramente pertinente lo hacen los pobres o clase baja. Se
apunta a la sobremedicación como la causa más probable.
Al
sistema sanitario estadounidense se
le atribuyen unos
250.000 muertos anuales por su iatrogenia
(que
es
cualquier tipo de enfermedad o afección causada por un acto médico,
bien sea por acción directa o secundaria a uso de medicamentos).
Deriva de la palabra iatrogénesis : “provocado por el médico”
(iatros significa ‘médico’ en griego, y génesis: ‘crear’)
lo que convierte la actividad médica en la tercera
causa de muerte
en Estados Unidos. En Europa no estamos lejos, pues la cifra es
200.000 muertes provocadas por medicamentos.
Como
se reseñaba, las mujeres de Estados Unidos están muriendo cinco
años más jóvenes que sus madres. Algo parecido sólo se había
visto en el mundo en Rusia, tras la caída de la Unión Soviética,
pero afectó a los varones. Una explicación puede estar en la
medicalización
que sufre la mujer a lo largo de su vida, quizá mayor que la del
hombre, pues comienza en su propio parto,
cuando es madura, etc. Recordemos que para los sofocos e
incomodidades del embarazo, es decir para algo que no
es una enfermedad,
se recetó, entre
1958 y 1963, la
talidomida
con
los desastrosos resultados conocidos. También se retiró del mercado
en 2005 el fármaco Agreal,
para los sofocos propios de la menopausia por haber llegado a
provocar suicidios.
Otro
foco de atención está puesto en los posibles daños que causan los
anticonceptivos.
Desde el anillo vaginal Nuvaring
pasando por las pastillas anticonceptivas hormonales tipo Yazmin
o el artilugio metálico de inserción ovárico Essure.
Y podría seguirse con los fármacos para la osteoporosis como
el
Fosamax,
los
antidepresivos,
etc. Según la OCDE
Health Statictics
2011 (último año con datos), Estados Unidos sería el primer país
en gasto total en salud (16,9%) de su PIB, muy distanciado del
segundo, Holanda (11,8%), situándose
España en el puesto número 14 (9,4%).
En
un estudio publicado en Estados Unidos a finales del año 2010, por
la organización no lucrativa Life
Extension y
firmada por los doctores Dorothy Smith, Gary Null, Carolyn Dean,
Martin Feldman y Debora Rasio, bajo
el título "Death
by Medicine”
(Muerte por la Medicina), se llegó a la conclusión de que la
medicina causa más daño que beneficio, epílogo
que se extrajo tras un exhaustivo análisis de investigaciones,
diarios médicos y estadísticas. Se afirma que en el año 2001, de
8’9 millones de
individuos
hospitalizados unos
2’2
millones de ellos
sufrieron reacciones adversas
causadas por los medicamentos administrados en los hospitales. Y que
en 2003, según fuentes hospitalarias, se llevaron a cabo 7’5
millones de intervenciones médicas y quirúrgicas innecesarias. En
fin, la
vacuna del papiloma
es la que más notificaciones de reacciones adversas suma en todos
los sistemas de farmacovigilancia y “sólo” se ofrece desde 2007,
de momento a mujeres (aunque está aprobada también para hombres).
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