Por que casi no
se habla de otra cosa. Fundamentalmente, son una cuestión ética. No
es que la palabra, que viene del griego ethos
(que significa acción, costumbres, hábitos, modo de ser, y según
el diccionario de la Real Academia Española ético es “recto o
conforme a la moral”) sea especialmente usada por la mayoría de la
gente, pero el concepto si parecen tenerlo claro, porque es un clamor
popular la censura sin paliativos del el uso/abuso de las tarjetas
opacas de Caja
Madrid por parte de
la cúpula de dicha antigua entidad. Y acabamos de enterarnos de que
IU ha denunciado su
uso también en Caja
España.
Excepto a los responsables
máximos, parece que a los que se beneficiaron de dicho privilegio
(86 altos cargos) no les va a caer, al final, sólo una sanción de
Hacienda, haciéndoles tributar lo que en su día no declararon. No
van a ir a la cárcel. Por una cuestión simplemente ética, no.
Muchos tampoco parecen dispuestos a devolver el dinero.
Sin embargo, la buena noticia
es comprobar que al ciudadano español si le importa. Ser honesto es
importante. Hay que aclamar a los cuatro miembros de que no hicieron
uso de la tarjeta mágica. ¿Eran suecos? No. Eran decentes.
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