Para cada división de una
célula en dos se ensambla una estructura extremadamente compleja, el
huso mitótico, resultado de la acción coordinada y finamente
equilibrada de multitud de proteínas. Buena parte del tiempo que
invierte una célula en dividirse lo dedica a ensamblar y poner a
punto esta pieza principal de la división.
“Durante más de diez años
solo hemos podido rastrear los finales de los microtúbulos pero no
había nada para los inicios lo que suponía un cuello de botella
para la investigación del huso mitótico y para entender mejor su
función en la división celular”, explica Jens Lüders. El
científico alemán es el jefe del grupo Organización Microtubular
en el IRB Barcelona, y ha tutelado el estudio que lleva únicamente
dos nombres, el suyo y el del francés Nicolás Lecland, primer
autor, quien ha desarrollado su doctorado con una beca de “la
Caixa” en el IRB.
Los científicos han
conseguido demostrar que la proteína gamma tubulina
(g-tubulin) se localiza en los inicios de los filamentos
microtubulares y se mantiene relativamente estable asociado a estos.
Después han preparado un marcador fluorescente que se adhiere a
γ-tubulin y que activan mediante foto activación por láser para
filmar en vivo la evolución de los extremos iniciales de los
microtúbulos en el huso mitótico de células humanas en división.
En la puesta a punto de la
tecnología ha sido clave la Plataforma de Microscopía Digital
Avanzada compartida por el IRB Barcelona y el Parque Científico
de Barcelona, y que está dirigida por el físico francés del IRB,
Julien Colombelli.
Los investigadores describen
por primera vez dónde se generan dentro del huso la mayor parte de
los microtúbulos, cómo evolucionan y cómo se transportan mediante
la acción de tres proteínas motor, hacia los polos opuestos de la
célula, donde se anclan.
Simultáneamente a este
proceso, los extremos opuestos de los filamentos se alargan hacia el
centro de la célula donde interactúan con los cromosomas. Cuando el
huso esté finalmente dispuesto, los microtúbulos tirarán de los
cromosomas para iniciar la división. “Ahora tenemos una visión
más completa de la dinámica del huso y de cómo funciona, y
podremos usar nuestro nuevo marcador para testar viejas y nuevas
hipótesis sobre los mecanismos subyacentes”, subrayó el
investigador.
El avance abre además la
puerta a comprender mejor el modo de acción de fármacos usados
en quimioterapia que tienen como diana a los microtúbulos. Este
tipo de fármacos perturban la formación del huso mitótico con la
consecuente detención del ciclo celular y por lo tanto interfiriendo
en el crecimiento del tumor. Comprender mejor las diferencias en
cuanto a la organización y función del huso mitótico de células
tumorales y células sanas y cómo responden ante los fármacos
antitumorales es esencial para optimizar los tratamientos, por
ejemplo, identificando nuevos fármacos más específicos o nuevas
dianas.
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