Vistas de página en total

7 de marzo de 2012

NO ERAN TAN BUENOS

El sistema financiero español es "sólido y solvente" y cuenta con "entidades robustas", declaraba en julio de 2010 la entonces vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado tras conocerse los test de estrés realizados a los bancos y cajas españoles. 

ELENA SALGADO
Sólo siete entidades de las 91 que realizaron las pruebas de estrés habían suspendido. "Los resultados de los test confirman la resistencia global del sistema bancario de la UE a impactos macroeconómicos y financieros negativos, y son un importante paso adelante para restaurar la confianza en los mercados", señalaba en un comunicado conjunto la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Comité Europeo de Supervisores Bancarios. La prensa reflejaba el éxito total de la banca española: todas han aprobado al superar el ratio de solvencia del 6%. Las cajas no tanto, pues 7 no aprobaron.

Banca March era, según esas pruebas, la más solvente de España, seguida por Banco Santander, BBVA, Banco Sabadell, Banco Popular y Bankinter. La Caixa, el SIP liderado por Caja Madrid y Bancaja y el grupo formado por CAM, Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria superan sin excesivos problemas la criba. También lo harían las cajas gallegas (Caixa Galicia y Caixanova), el grupo constituido por las cajas de Murcia, Penedés, Sa Nostra y Granada, la aragonesa Ibercaja o la malagueña Unicaja.

A día de hoy, sin embargo, conocemos que las entidades financieras españolas afrontan necesidades de saneamientos inmobiliarios por un mínimo de 52.000 millones de euros y tendrán que sanear 40.000 millones de créditos no inmobiliarios. Es más, según el portal económico Invertia.com, la situación actual “impactará en las cuentas de resultados de los bancos -algunos entrarán en pérdidas, según expertos- ante el menor negocio y la necesidad de acometer mayores provisiones en créditos impagados”. 

Por su parte, CincoDías.com explica que “el sector está siendo castigado en Bolsa por su precaria situación de solvencia, derivada de la indigestión de la burbuja inmobiliaria”. La agencia Fitch, finalmente, estima las necesidades de capitalización de 57.400 millones de euros, en un escenario favorable, y de 151.400, en el caso de circunstancias adversas.

En resumen, en tan solo año y medio se ha pasado de tener un sistema financiero magnífico a que las agencias de calificación hayan venido rebajando su nota a la mayoría de bancos y cajas. Pero no hay problema: El presidente de la Asociación Española de la Banca (AEB), Miguel Martín, cree que el Gobierno español está dispuesto a seguir aportando “recursos públicos para contribuir a la reestructuración del sistema financiero español”, lo que traducido al cristiano significa que los profundos errores de gestión de los dirigentes financieros y los supervisores los vamos a pagar los contribuyentes, dirigentes que, por otra parte, y en no pocos casos, siguen cobrando escandalosos “bonus” por su manifiesta impericia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario