Dentro de la maltrecha situación de la economía española, el sector de la exportación es de los pocos que presenta -desde comienzos de 2008- buenos resultados. En los últimos cinco años contabilizados (2006-2010) por la UNECE (United Nations Economic Commission for Europe) nuestro país ha experimentado un crecimiento del 14,59 %, es decir, a un ritmo de casi el 3% anual, un guarismo similar al de Alemania ( 14,84%).
La diferencia, la gran diferencia, es el volumen. Mientras que España acumulaba un total de 1.250.387 millones de dólares en exportacion de bienes en ese lustro, el pais germano lograba 6.451.986, cinco veces más.
La cuestión no es sólo que ellos exporten más, sino qué exportan. No es lo mismo exportar mandarinas que equipos de electromedicina, chupa-chups que smartphones. La clave es la exportación de productos de alto valor añadido.
Para que nuestro país pudiera hacerlo habría que haber cambiado nuestro modelo productivo, y ello hubiera requerido previamente una intensa inversión en I+D+I. No se hizo cuando las "vacas gordas", menos aún se va hacer ahora.
La diferencia, la gran diferencia, es el volumen. Mientras que España acumulaba un total de 1.250.387 millones de dólares en exportacion de bienes en ese lustro, el pais germano lograba 6.451.986, cinco veces más.
La cuestión no es sólo que ellos exporten más, sino qué exportan. No es lo mismo exportar mandarinas que equipos de electromedicina, chupa-chups que smartphones. La clave es la exportación de productos de alto valor añadido.
Para que nuestro país pudiera hacerlo habría que haber cambiado nuestro modelo productivo, y ello hubiera requerido previamente una intensa inversión en I+D+I. No se hizo cuando las "vacas gordas", menos aún se va hacer ahora.
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