Eau de Paris, la empresa pública de servicios públicos de agua de
la capital de Francia ha estado monitorizando las de dicha urbe durante más de
un mes, detectando las oscilaciones en las concentraciones del coronavirus, para suprimirlos después.
Si bien varios grupos de
investigación informaron haber detectado coronavirus en aguas residuales, los
investigadores del nuevo estudio dicen que son los primeros en mostrar que la
técnica puede detectar un fuerte aumento en las concentraciones virales en las aguas residuales antes de que los
casos exploten en la clínica. Eso apunta a su potencial como una herramienta barata y no invasiva para
prevenir brotes.
"Esta visibilidad también
nos ayudará a predecir una segunda ola
de brotes", dice Sébastien Wurtzer,
virólogo de Eau de Paris. Wurtzer y sus colegas
publicaron el estudio, en el repositorio de preimpresión medRxiv el 17
de abril.
Las alcantarillas ofrecen datos de brotes casi en tiempo real, ya que constantemente
recolectan heces y orina que pueden contener el coronavirus de humanos
infectados (una vez excretado del cuerpo, el virus se degrada rápidamente,
aunque los científicos han encontrado algunos casos de virus infecciosos en la
materia fecal). La prueba de reacción en cadena de la polimerasa identifica fragmentos de ARN del SARS-CoV-2, el
virus que causa COVID-19. Mayores concentraciones de virus en las aguas
residuales corresponden a un mayor número de personas infectadas.
Para el estudio de París, Wurtzer
y sus colegas tomaron muestras de aguas residuales de hasta cinco plantas del
área de París dos veces por semana entre el 5 de marzo y el 7 de abril. Notaron
"altas concentraciones" de
ARN viral varios días antes del 10 de marzo, el primer día en que Paris registró
múltiples muertes por COVID-19. Las concentraciones continuaron aumentando unos días antes de una aceleración en casos
clínicos y muertes en París.
De este modo, el muestreo de
alcantarillado ofrece una imagen bastante económica y basada en la evidencia de la carga
viral real en una comunidad. Utilizando modelos informáticos que incorporan
datos sobre cuántas partículas virales arrojan los individuos y cómo se diluyen
en las aguas residuales, incluso es posible traducir las concentraciones
virales detectadas en estimaciones de números absolutos de infecciones en el
área de captación.
Fuente:
revista Science
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