El CIS de noviembre ha sido analizado y tomado muy en cuenta por muchos. Los medios de comunicación suelen dar en sus titulares la estimación efectuada por el Centro de Investigaciones Sociológicas a partir de la intención de voto directa declarada por los encuestados. Veamos en el cuadro las diferencias entre ambos datos:
Entre la intención directa y la estimación se observan grandes diferencias. En la estimación -lo que popularmente viene en llamarse "la cocina"- intervienen dos elementos: la imputación y la ponderación. En el primero se asignaría a cada partido a aquellos votantes que no declaran de forma directa a quien votarían, pero por el que habrían declarado simpatía, y en el segundo a aquellos cuyo recuerdo de voto coincide con dicho partido.
Según este sondeo, habría muchos encuestados que no declarando que elegirían al PP, a la hora de la verdad si le votarían. Algo similar, pero en menor medida, ocurriría con el PSOE, Ciudadanos y Coalición Canaria.
Por contra, hay partidos que el CIS estima que ganarían pocos de estos votantes "ocultos", caso de ERC, Podemos y sus coaliciones, IU o UPyD.
En todo caso, el 20 de diciembre veremos si estas estimaciones estuvieron o no acertadas.
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