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25 de enero de 2011

Revista MUY INTERESANTE - ¿Por qué nos gusta tanto el café?

¿POR QUÉ NOS GUSTA TANTO EL CAFÉ?

A diario muchas personas necesitan cierto número de cafés para trabajar y sentirse bien. Desde hace siglos es una bebida muy apreciada en los cinco continentes, debido a sus propiedades estimulantes. La medicina dice que, en sentido estricto, no es una droga pero aconseja su consumo con cierta moderación, ya que tiene efectos positivos y negativos.

El origen del café se sitúa, históricamente, en la actual Etiopía, durante el siglo III de nuestra era, extendiéndose, poco a poco, hacia la Península Arábiga, Turquía y los países del Índico. Los mercaderes venecianos lo llevaron a Europa en el siglo XV, aunque no pasó, en principio, de ser una curiosidad poco conocida. A finales del XVI, el médico Leonard Rauwolf escribía a su vuelta de un viaje por el Oriente Próximo: "poseen (los árabes) una excelente bebida que tienen en gran estima, denominada chauba, que es casi tan negra como la tinta, y muy útil para los trastornos del estómago; suelen beberla caliente a primera hora de la mañana...".
Los misioneros españoles llevaron la planta a América a mediados del XVIII, cuando la bebida ya era popular: una obra publicada por el médico Antonio Lavedán decía que "el uso del café está muy introducido en España, y particularmente, en los puertos de mar.
Conviene a temperamentos flemáticos, destruye las ventosidades y ayuda a la digestión , pero es perjudicial para las personas melancólicas, á los biliosos, á los flacos y á los niños. Es muy dañoso á la gente de letras, por las vigilias, los temblores y la vejez anticipada".
Junto con el petróleo, el trigo, el azúcar y el cobre , el café es uno de los productos básicos en el comercio mundial. Es el fruto de una planta, el cafeto, que se cultiva en países comprendidos entre los trópicos de Cáncer y Capricornio, como Brasil, Colombia, México, Costa de Marfil, Etiopía, Uganda o Indonesia. Se trata de naciones subdesarrolladas o en vías de desarrollo, aunque el café sea procesado y consumido, sobre todo, en las áreas occidentales, y sometido al control de grandes corporaciones transnacionales. Proporciona empleo a más de treinta millones de personas en el mundo y es vital en la economía exportadora de Latinoamérica.
La cafeína se halla en el café (en proporción aproximada del 1 al 2%), pero no sólo en éste: el té, las bebidas de cola o el cacao también la contienen. Se trata de un ureido extraído, por primera vez, por Runge en 1820. Los estudios farmacológicos han confirmado su principal propiedad: es un estimulante del sistema nervioso central. La experimentación en el laboratorio ha demostrado que los hámsters que habían ingerido cafeína eran casi el doble de rápidos en encontrar la salida de un laberinto que los que no la habían tomado. Es capaz de crear una cierta dependencia psíquica y posee una notable tolerancia. Sin embargo, estudios médicos recientes han desmentido que sea un factor que propicie directamente el infarto.
El café tiene efectos positivos y negativos en el cuerpo humano. Entre los primeros, aumenta la resistencia a la fatiga y a la somnolencia, produce un flujo más claro de pensamiento e incrementa la capacidad de esfuerzo intelectual y muscular. Esta es la causa por la que nos hace sentir mejor. De hecho, aumenta el nivel de las catecolaminas, que son los neurotransmisores vinculados con la euforia y el estado de alerta. De los segundos, los más apreciables son el aumento de la inquietud, nerviosismo e insomnio. A dosis elevadas pueden producirse convulsiones, naúseas, temblores, taquicardias, irritación gastrointestinal y diarrea.
Es un hecho demostrado que puede inhibir el sueño (acción antisoporífera, en terminología médica), si bien esto depende del grado de tolerancia a la cafeína del individuo y del nivel de autosugestión. Una dosis normal de café estaría entre una y tres tazas diarias , pero hay personas que toman el doble y duermen perfectamente.
En sentido estricto el café no es una droga. La adicción que crea es, sobre todo, psicológica. Este es el sentido que hay que darle a quienes dicen que "no son personas" hasta que no toman su café matinal. El efecto euforizante que sabemos que va a producir cuando nos estamos despertando es lo que, en realidad, perseguimos cada mañana, y es lo que nos crea una cierta dependencia.
Vistas sus propiedades, podría decirse que sería útil tomar café cuando necesitemos un suplemento de atención intelectual o de resistencia a la fatiga, siempre en función de nuestras características personales. En
esto, la observación de nuestras propias reacciones es el mejor consejo de cara a determinar el número de cafés que es conveniente tomar. No obstante, hay ciertos grupos que no deberían tomar café: los niños, los que padezcan úlcera de estómago o trastornos gastrointestinales, los insomnes, las personas hiperactivas y los pacientes con trastornos cardíacos importantes. Los demás, nos dice el médico, pueden seguir paladeándolo con la conciencia tranquila.

EL MÉDICO ACONSEJA(entrevista).

Mauricio Sáinz de la Maza. Médico experto en nutrición

¿Por qué el café le gusta tanto a la gente?

Porque tiene un efecto estimulante inmediato y duradero. Aumenta las catecolaminas, que son los neurotransmisores responsables de la euforia.

El café, ¿es bueno o malo para la salud?

No se puede responder de un modo tajante. Tiene efectos positivos y negativos, y afecta a los individuos según su grado de tolerancia a la cafeína. Simplemente hay que decir que en ciertas personas no es aconsejable: por ejemplo, no es bueno para los ulcerosos, para las personas con colon irritable o con patologías digestivas y esofágicas; tampoco para aquellos que padezcan del corazón ni para los niños.

¿Qué número de tazas podría ser excesivo?

La dosis media estimulante está entre una y tres tazas al día (alrededor de unos 300 miligramos de cafeína), dosis que, en general, no comporta riesgos para la salud. Entraríamos en un terreno delicado por encima de las 10 tazas diarias (más de 1000 miligramos), si bien debo precisar que esto depende mucho de cada individuo. La intoxicación se considera a partir de los 10 gramos, esto es, cien tazas, y tiene un nombre médico: cafeísmo.

¿Se utiliza la cafeína con fines médicos?

Algunos medicamentos la incluyen entre sus principios activos, principalmente los analgésicos indicados para el dolor de cabeza y la migraña. Ello es debido a su característica vasoconstrictora, si bien no es un efecto demasiado potente en sí mismo, por lo que se suele asociar a otras sustancias, como el paracetamol o la ergotamina.

Julio Ruiz Herreras

¿QUIERES MÁS?
"Las bases farmacológicas de la terapeútica". Goodman y Gilman. Ed. Panamericana. 1.991.
"El café: orígenes, historia y 31 formas de utilización". Vicky Beamonte. Ed. Universitaria Hispanoamericana. Madrid, 1,984.
"Historia de los estimulantes". Wolfgang Schivelbusch. Ed. Anagrama, Barcelona, 1.995.
"El libro del amante del café". Michel Vanier. Ed. Olañeta. Palma de Mallorca, 1.983.

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