Hicieron
falta de 1.000 horas ininterrumpidas para que los científicos para
culminar el BigBrain.
En primer lugar, obtuvieron los tejidos del cerebro de una mujer
fallecida a los 65 años de edad. Luego usaron una herramienta
especial, un micrótomo gigante para cortar el cerebro, incrustado en
cera, en 7.400 rebanadas, resultando que cada segmento midió tan
solo 20 micras de espesor (para poner esto en perspectiva, hay que
señalar que el espesor de una hoja de papel es de aproximadamente 97
micras).
A
continuación, montaron los portaobjetos en una rejilla y tomaron
fotos de ellos e hicieron los necesarios retoques. Por último,
usando las imágenes por resonancia magnética (MRI), reconstruyeron
el cerebro en tres dimensiones.
La
alta resolución del mapa será de gran utilidad para los
científicos, que podrán ver las estructuras con mucho más detalle.
Además, este mapa podrá combinarse con otros mapas que muestran la
expresión de genes, proyecciones neuronales y la actividad cerebral.
Ahora será mucho más fácil comprender la estructura de las
diferentes áreas funcionales del cerebro, como el corteza motora o
las regiones clave en la memoria y el aprendizaje.
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