Ciudadano n.276, pg. 39,40 y 41
COMO ELEGIR COLEGIO
La educación, pocos lo dudan, es importante. Por lo tanto, la elección del colegio de los niños resulta un problema cuando se hace difícil encontrar uno que reuna los requisitos adecuados. Pero, antes de nada, es preciso plantearse cuales son los criterios de elección y las prioridades que queremos adoptar. Este mes CIUDADANO ha recabado la información necesaria para poder tomar una decisión con suficientes elementos de juicio.
Hace algunos años, el ministerio de Educación y Ciencia, por medio de una empresa especializada en investigación social, realizó una encuesta entre 1.400 padres en la que se indagaba acerca de los criterios de elección que éstos tenían en cuenta a la hora de elegir el colegio de sus hijos (nivel EGB). Se trata de un documento de referencia significativo, por cuanto no se ha vuelto a hacer nada semejante desde entonces, y revela -a expensas de los cambios de opinión que desde entonces se hayan podido experimentar- qué es lo que mueve a los padres a elegir un centro y no otro.
En dicha investigación hay un dato inicial importante: existe una gran diferencia entre lo que, idealmente, los padres querrían elegir y lo que, finalmente, eligen. Por ejemplo, en la encuesta se pregunta que es lo que entienden por un centro escolar “ideal”; comparado con los datos extraídos del centro al que realmente llevan a sus hijos, se aprecian unas diferencias bastante relevantes.
Opiniones importantes
Las opiniones más destacables de los padres fueron las siguientes:
- Se rechaza un tipo de enseñanza igualitaria en beneficio de una educación diferenciada.
- Se valora la tradición y el prestigio social del centro educativo.
- Se concede una importancia máxima a la calidad del profesorado.
- No se entiende como importante la dicotomía centro religioso/centro laico.
Sin embargo, en el plano de los hechos, los padres -según ellos mismos confiesan- eligen el centro donde estudiarán sus hijos sin pedir apenas referencias, sin saber como son sus profesores, sin conocer el programa educativo y, finalmente, acaban pesando más factores como la cercanía del domicilio o que sea barato.
Respecto a la ideología, muy pocos apoyan una educación autoriaria (1,9%) o laica (1,7%), prefiriendo la integral (22%), la liberal-progresista (14%), la cristiana tradicional (7%) o, simplemente, la que asegure una práctica activa (15%).
Queda bastante claro que los padres antepondrían los aspectos educativos a los de instalaciones o “confort”. Ocho de cada diez contestaron que lo más importante era la calidad de los profesores, mucho más que el precio o la cercanía. No obstante, como ya se ha comentado antes, una cosa es lo que los padres harían por la educación de sus hijos, y lo que realmente hacen. Naturalmente, esto es fácilmente explicable; no siempre los colegios que podrían querer les son accesibles, por diferentes motivos: puede no haber plazas, ser demasiado caro para sus posibilidades económicas o estar demasiado lejos.
La apreciación de la diferencia entre los distintos tipos de educación crece con el nivel de renta: dos terceras partes con ingresos mensuales medio-altos puntúan como muy importante el tipo de educación, frente a sólo el 50% de los que tienen un nivel medio o bajo. Y son precisamente los de ingresos más elevados quienes ofrecen los dos extremos: en este apartado se encuentra los que conceden más importancia a la educación religiosa y los que no le conceden ninguna.
En el plano de los hechos es relevante comprobar como la causa más citada como motivo de elección real fue la proximidad (uno de cada tres padres eligieron el colegio por este motivo), seguida de la gratuidad o el bajo coste. Es decir, se imponen criterios de raíz económica o de comodidad, dejando en un plano teórico los propiamente educativos. No obstante, a continuación, se cita el criterio de “tradición y prestigio” del centro educativo como importante, una vez que se han solucionado u obviado los anteriores.
Elegido, no elector
Los padres que prefieren la enseñanza pública han de someterse, también, a criterios, esta vez establecidos por el ministerio de Educación y Ciencia, a la hora de admitir alumnos. Elegir, en este caso, no es tan sencillo; la realidad es que se es elegido. En estos momentos, los criterios oficiales que se aplican (según está recogido en el Real Decreto 366/1997 que regula el régimen de admisión de alumnos) son, según un baremo específico, los siguientes: rentas anuales de la unidad familiar, proximidad al domicilio, existencia de hermanos matriculados en el centro, situación de familia numerosa, condición reconocida de minusválido físico, psíquico o sensorial de los padres o hermanos, o, en su caso, del tutor legal y alguna otra circustancia relevante apreciada justificadamente por el órgano competente del centro.
En el curso actual (1998-99) dicho ministerio ha difundido una circular donde ordena el proceso de admisión y zonas de influencia en los centros de enseñanza primaria y secundaria sostenidos con fondos públicos.
En primer lugar, hay que saber los que es una “zona de influencia” de un centro, dentro de cada localidad. Se trata de un ámbito geográfico afecto a un colegio que delimita el Servicio de Inspección Técnica del Ministerio, por lo que lo primero que deben conocer los padres es si su domicilio cae dentro de esa zona de influencia. Asimismo, deben tener en cuenta, si el centro es de enseñanza primaria y qué centro/s de secundaria públicos o privados concertados le correspondería/n con el paso del tiempo.
La circular que estamos aludiendo, de diciembre pasado, anuncia que “con objeto de facilitar a las familias la realización de una elección fundada, los Directores provinciales del ministerio, en colaboración con los ayuntamientos y otras instituciones, asegurarán una información objetiva y personalizada sobre los centros educativos sostenidos con fondos públicos (...) Por cada Dirección Provincial (del ministerio) se realizará una publicación, que será entregada a los padres y ampliamente difundida en la provincia, donde conste, al menos, la siguiente información: descripción de las enseñanzas, red de centros: centros de cada zona, con las enseñanzas que se imparten, los servicios complementarios que se prestan, los planes de mejora que realiza y aspectos organizativos relevantes de cada centro, zonas de influencia, adscripción de centros de primaria a secundaria, el tipo de información que las familias pueden completar en los centros, becas y ayudas, residencias, actividades extraescolares, etc.” Además, se pretende garantizar que cada centro ponga a disposición de quién lo solicite la información requerida a las características de su oferta educativa, normativa, régimen interior, etc, con el objeto de que los padres tengan los suficientes criterios de elección.
Concretamente, el plazo de preinscripción en los colegios públicos y concertados para el próximo curso se iniciará el próximo 15 de abril (en los privados comenzó en febrero), y no estará de más recordar el baremo de puntuación oficial para la admisión:
1.- Por renta anual: salario mínimo interprofesional o menos, 2 puntos. Entre ése y el doble, 1 punto. Más del doble, 0 puntos. (el salario mínimo anual para este año es de 952.406 pesetas)
2.- Por proximidad al domicilio: si reside en la zona de influencia, 4 puntos. En zona limítrofe, 2 puntos. Resto, 0 puntos.
3.- Hermanos en el mismo centro: primer hermano, 4 puntos; sucesivos hermanos, 3 puntos cada uno.
4.- Criterios complementarios: libremente apreciados por los centros, 1 punto.
Este baremo es válido en todo el territorio español, excepto Cataluña, País Vasco, Navarra, Galicia, Canarias y Andalucía, que tienen otros similares.
Recuadro 1
Los criterios del experto
Silvia Marugán Retamosa, psicóloga especializada en esta materia, explica que “los padres, a la hora de elegir el colegio de sus hijos, además de conocer los objetivos de educación y los específicos de cada centro, han de tener en cuenta otros factores importantes, como conocer al profesorado del centro, la dotación de éste (biblioteca, jardines, gimnasio, aulas, dotación higiénica, transporte), la dotación de material audiovisual, la Dirección del centro, la relación profesor-alumno (número de alumnos por profesor, tipo de relación), metodolgía dominante (métodos pedagógicos, enseñanza programada o personalizada), actividades del centro (deportivas, artísticas, culturales), aspectos de la organización (asignaturas más importantes, horarios, clases de recuperación, seminarios). La escuela es un colaborador en la educación de los hijos, siendo necesario estar en contacto con ella para que las actitudes escolares y familiares no estén en contradicción, sino que se complementen. Por lo tanto, el colegio elegido deberá tener un tipo de enseñanza que esté en concordancia con la que ellos ofrecen en su casa”.
Recuadro 2
Las Asociaciones de padres opinan
La CONCAPA, Confederación Nacional Católica de Asociaciones de Padres de Familia y Padres de Alumnos), estima, a través de la opinión de su presidente, Agustín Dosil, que “el requisito más importante a la hora de elegir un centro es la calidad, no sólo de enseñanza, sino también de sus mecanismos de gestión. Tres son las principales razones que, por nuestra experiencia, sabemos que mueven a los padres a decantarse por un determinado colegio: la oferta de diversos niveles y modelos educativos completos, el ideario ético o religioso del centro y el número de alumnos por aula. Los padres también valoran la existencia de un proyecto educativo que se adapte a las necesidades de cada alumno, la motivación positiva de estudiantes y profesores, el estímulo de la creatividad, la evaluación frecuente... La calidad, en definitiva, se entiende como un proyecto educativo que promueva el perfeccionamiento personal. Este proyecto debe ser sensible a las demandas de nuestro tiempo, tener un diseño personalizado (cada persona es diferente) y contar con los medios y recursos necesarios.”
CEAPA, por medio de su presidente, Carlos Ladrón de Guevara, defiende que en la escolarización de los alumnos en los centros sostenidos con fondos públicos se observen las mayores condiciones de igualdad y no puedan darse criterios de discriminación, principalmente en función de condiciones sociales, culturales o económicas. “Rechazamos -prosigue- la posibilidad de que los centros, o los titulares de éstos, establezcan criterios de selección de sus alumnos en función de factores que no sean generales para los centros, y rechazamos el expediente escolar como factor de selección en las etapas obligatorias. Consideramos la diversidad y la pluralidad, y por tanto la integración de todos los alumnos y alumnas, como un factor de riqueza y calidad educativa. Defendemos la escolarización en el centro más cercano de su domicilio, por entender que éste debe estar abierto al entorno, y por tanto, su función no termina con el horario lectivo, y que los alumnos continuen su socialización en el barrio y en la calle, después de clase, con los mismos compañeros con los que están en el aula. Consideramos fundamental mantener las escuelas de las áreas rurales, aún con un número reducido de alumnos. Solicitamos, asimismo, que se creen mayor número de unidades de educación infantil de cero a tres años, para dar una respuesta educativa a la necesidad de escolarización y a la demanda cada vez más importante de las familias”.

Este es el modesto Blog del experiodista Julio Agustin Ruiz Herreras (actualmente, en la reserva activa), vecino de Madrid. Comenzó publicando información escogida sobre actualidad científica, política, sanitaria, etc. Las entradas más antiguas (anteriores a marzo de 2011) corresponden a una pequeña selección de artículos y reportajes por mí publicados en prensa nacional. En la actualidad es un Blog que ofrece información poco publicada.
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