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23 de octubre de 2014

NO NOS GUSTA ESTAR SOLOS


Estar a solas durante quince minutos en una habitación sin más estímulos resulta incómodo a la mayor parte de las personas, según muestra un experimento llevado a cabo por científicos estadounidenses de la Universidad de Virginia. Enfrentarse a los propios pensamientos hizo, incluso, que el 67% los hombres (frente al 25% de las mujeres) prefirieran una descarga eléctrica a cambio de poder escapar de la sala antes de tiempo
El número de viajeros cabizbajos que en el transporte público fijan la vista en la pantalla de su Smartphone anticipa el resultado de un estudio publicado en Science: la mayoría de gente se siente mal si tiene que pasar de seis a quince minutos en una habitación sin distracciones, ni móvil, música o libros, solo con la mente y los pensamientos propios.
Los investigadores de la Universidad de Virginia y Harvard (EE. UU.) han llegado a esta conclusión después de realizar pruebas, primero en un grupo de 413 estudiantes universitarios y, después, a un conjunto de 118 voluntarios entre los 18 y 77 años. "Sorprendentemente, no hemos encontrado correlaciones significativas entre el disfrute del tiempo para pensar y la edad o el uso de los teléfonos inteligentes", indica a David Reinhard, uno de los autores.
Timothy D. Wilson, autor principal del estudio e investigador en la misma institución que Reinhard, explica que el uso de los dispositivos electrónicos como los smartphones no ha acentuado esta “fronemofobia” –miedo irracional pensar en soledad– sino que, probablemente, "estos dispositivos son solo la respuesta de la gente a tener siempre algo que hacer". El problema que suele tener esta fobia es que muchos de los que la padecen, no patológicamente, no son conscientes de que están sometidos a ella.
Así, la mayoría de participantes declaró que durante el tiempo de aislamiento no se sintieron cómodos, fueron incapaces de concentrarse o sus mentes se distrajeron. Incluso, cuando el experimento se trasladó a sus casas, los voluntarios siguieron sin sentirse a gusto y un tercio de ellos confesó haber caído en la tentación de escuchar música o usar el teléfono móvil.
Los científicos del trabajo fueron un paso más allá y plantearon a los participantes, la posibilidad de dejar el 'rincón de pensar' antes de tiempo si se sometían a una pequeña descarga eléctrica. Ante esta perspectiva, un 67% de los hombres y un 25% de las mujeres prefirió el castigo a la 'tortura' de permanecer en una habitación en soledad y aislamiento.
"Creemos que la mente humana ha evolucionado para estar implicada en el mundo", sostiene Reinhard. "A pesar de que tenemos la capacidad de desconectar mentalmente y centrarnos solo en nuestros pensamientos –continúa–, por lo general, no solemos hacerlo con mucha frecuencia o durante períodos largos de tiempo". "Todo el mundo disfruta soñando despierto o fantaseando a veces, pero los pensamientos de este tipo suelen ser más agradables cuando son espontáneos y no cuando se fuerzan", declara Wilson.
Desde la psicología clínica, cuando el miedo a estar solos es exagerado, se habla de autofobia como el temor morboso de estar aislado o solo. Las personas que padecen de ésta fobia, no pueden estar físicamente solas, ya que creen que están siendo ignoradas, o que se encuentran sin amor, o bien que podrían ser amenazados por intrusos. En un contexto literal, los miedos también están relacionado con la persona en sí misma, por lo que en ocasiones se asocia con el auto-odio. Es por esto que la autofobia podría ser un síntoma de otros trastornos psicológicos. Otra definición de la autofobia, nos dice que el miedo no es en sí a estar sólo físicamente, sino también es la sensación de no poder confiar en uno mismo en cualquier lugar. Es así que la persona necesita tener un cuidador cercano en todo momento.
Los síntomas más comunes, son similares a otros tipos de fobias, donde se incluye una constante sensación de peligro, donde la mente del autófobo imagina que el peligro es inminente, además tiene un mayor temor a sufrir una catástrofe sin que nadie esté allí para ayudarle a salvarse de ese destino cruel y terrible que le espera. El tratamiento más eficaz para la autofobia generalmente incluye una combinación de terapia psicológica y medicación.



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